Sebastián Albella: “Para estar en Primera División una empresa tiene que cotizar”

El presidente de la CNMV cree que los grandes bancos de inversión deben coordinarse para lograr que los procesos de salida a Bolsa de las compañías sean más ágiles

Sebastián Albella, en la sede de la CNMV en Madrid en noviembre de 2018.VICTOR SAINZ

Sebastián Albella (Castellón, 1958), presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), reconoce en sus respuestas a un cuestionario enviado por EL PAÍS que hay una serie de medidas que se podrían introducir para fomentar la mayor presencia de empresas en la Bolsa española.

Pregunta. ¿Cómo ve a las Bolsas de valores dentro de 10 años? En un mundo que tiende a la desintermediación, ¿seguirán existiendo?

Respuesta. No solo seguirán existiendo, sino que serán más fuertes y atractivas que hoy. Un mercado público potente es signo, no sólo de una economía e...

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Sebastián Albella (Castellón, 1958), presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), reconoce en sus respuestas a un cuestionario enviado por EL PAÍS que hay una serie de medidas que se podrían introducir para fomentar la mayor presencia de empresas en la Bolsa española.

Pregunta. ¿Cómo ve a las Bolsas de valores dentro de 10 años? En un mundo que tiende a la desintermediación, ¿seguirán existiendo?

Respuesta. No solo seguirán existiendo, sino que serán más fuertes y atractivas que hoy. Un mercado público potente es signo, no sólo de una economía eficiente y de calidad, sino de una sociedad moderna y desarrollada. Al final, la transparencia y la accountability son valores irreemplazables y seguirán imponiéndose. Es posible que en ciertos periodos o coyunturas haya factores que restrinjan el apetito por cotizar o lo conviertan en un desafío ante el que algunos se arrugan, pero se trata de algo pasajero.

P. ¿Por qué cada vez hay menos ofertas públicas de venta de acciones (OPV)?

R. La escasez de salidas a Bolsa en 2018 y 2019, común en Europa, se ha debido a razones diversas. Entre ellas los bajos tipos de interés, que han hecho últimamente fácil acudir a otras vías de financiación. También han influido el ambiente algo pesimista, de fin de ciclo de los dos últimos años, y el nivel de incertidumbre vivido en el periodo, derivado de factores como la guerra comercial, el Brexit o ahora la covid-19. A todo ello se ha añadido un elemento de índole estructural, que es el gran desarrollo que está teniendo, también en España, el capital riesgo, que ha vivido una fase alcista y optimista. Este buen desarrollo del capital riesgo es positivo y está aquí para quedarse, pero se trata de un ámbito inversor menos transparente por naturaleza y que, desde luego, no está exento de riesgos o debilidades. Los mercados públicos tienen el inconveniente, o la ventaja, de que los problemas y debilidades de las empresas se ven antes y se ven mejor. Estoy convencido de que las compañías seguirán considerando siempre la opción de cotizar. Todas las compañías, a partir de cierto tamaño, tarde o temprano acaban planteándoselo, como vía para que los accionistas diversifiquen riesgos, como solución tras las primeras generaciones en las empresas familiares o como forma de afrontar nuevos retos. Un consejero de la CNMV suele decir que sólo cotizando se está en primera división. No puedo estar más de acuerdo.

P. ¿Cómo incentivar las salidas a Bolsa?

R. Hay muchas cosas que se pueden hacer: simplificar la regulación, aunque sea ya bastante más amable respecto a lo que en general se piensa, tanto en lo referente a requisitos para salir a cotizar como a obligaciones de reporting o de otro tipo; no imponer obligaciones adicionales a las empresas exclusivamente por el hecho de cotizar; fomentar con algún incentivo fiscal medido e inteligente que las empresas de menor dimensión den el paso. También sería bueno que los procesos de salida a Bolsa fueran más ágiles. Los grandes bancos de inversión deberían ponerse de acuerdo para establecer un patrón o estándar más simple, que manteniendo un nivel de garantías adecuado, acorte los plazos —que significan riesgo e incertidumbre— desde que una empresa decide que quiere salir a Bolsa hasta que finaliza el proceso. Debemos crear un marco propicio y fomentar las salidas a Bolsa, ya sea en el primer mercado o en mercados alternativos como el MAB. Promover una economía más bursátil debe ser una línea de reforma estructural, orientada al largo plazo, uno de los ejes de modernización de la economía española.

P. ¿Qué ventajas tiene una economía más bursátil?

R. Los países en los que las empresas cotizadas representan más en proporción al PIB, reciben de modo natural mayores flujos de inversión de la pléyade de inversores institucionales que hay en el mundo deseando invertir bien y con liquidez, con el beneficio que ello implica para la sociedad. Una economía más bursátil significa también un sistema financiero más vibrante y diversificado en todos sus segmentos y con mayores posibilidades de financiación para las empresas. Además, los países con mayor desarrollo de sus mercados de capitales, frente a la financiación puramente bancaria, resisten mejor los periodos de recesión y aprovechan mejor las fases de recuperación.

También supone que los inversores tienen más opciones para invertir su dinero, ya sea directamente o a través de fondos. Hay aquí incluso un ángulo democrático. Cualquier inversor tiene la oportunidad de participar en las cotizadas. Además, más empresas cotizadas también significa más transparentes y con mayor profesionalización y rigor en la gestión. Y cotizar da prestigio, refuerza la marca, ayuda a retener y atraer talento y favorece la internacionalización de las compañías.

P. ¿Por qué cada vez los operadores alternativos tienen más cuota de mercado? ¿Qué riesgo tiene el uso del ‘over de counter’ o las ‘dark pools’?

R. Lo primero que me gustaría señalar es que la posibilidad de realizar operaciones al margen de los sistemas de contratación multilateral propios de las Bolsas o mercados alternativos, o a través de ellos pero con arreglo a menores exigencias de transparencia, responde a razones atendibles y está permitida por la regulación. Ello es compatible con que deba seguir siendo un objetivo regulatorio que este tipo de operativa se mantenga en niveles relativamente reducidos, ya que contribuye en mucha menor medida a la formación de precios que sirvan de referencia general al mercado. La revisión en curso de Mifid 2 es una buena oportunidad para asegurarlo y, en particular, para lograr que las distintas plataformas de negociación compiten en igualdad de condiciones. El cierto auge actual de la negociación a través de internalizadores sistemáticos, por ejemplo, guarda relación, seguramente, con que se les aplican requisitos de transparencia menos exigentes, algo que habría que corregir.

P. ¿Es importante completar la Unión de Mercados de Capitales?

R. La CNMV ve muy positivamente el relanzamiento del plan para completar la Unión de Mercado de Capitales y así se lo hemos trasladado al Ministerio de Economía En este sentido, nos hemos mostrado muy favorables a las medidas propuestas en relación con el fomento de la renta variable, la homogeneización de las exigencias a los productos de inversión basados en seguros y a los regulados por Mifid o el impulso de la educación financiera. No obstante, también hemos trasladado que más integración no necesariamente implica más centralización. En nuestra opinión, la coexistencia en la UE de una pluralidad de centros o mercados financieros con suficiente masa crítica es aconsejable para que la financiación a través de los mercados se expanda realmente entre las empresas, incluidas las de menor tamaño, tan numerosas en España.

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