El IPC remonta en junio con el fin del estado de alarma por los carburantes y la electricidad

La tasa de inflación se situó en -0,3%, seis décimas más que en mayo y deja atrás cuatro meses de caídas

Tras cuatro meses a la baja, el IPC tomó en junio una senda ascendente y, aunque sigue en negativo, remonta un tanto respecto al mes de mayo, gracias en parte al proceso de desescalada y la mayor movilidad, que ha causado, entre otras cosas, un aumento de precio de los carburantes. La tasa de inflación se situó en junio en el -0,3%, seis décimas por encima del -0,9% de mayo, según los datos adelantados este lunes por el INE, que apunta al incremento de precios de los carburantes y la electricidad. En cambio, los productos básicos de alimentación y cuidado del hogar relajan su escalada.

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Tras cuatro meses a la baja, el IPC tomó en junio una senda ascendente y, aunque sigue en negativo, remonta un tanto respecto al mes de mayo, gracias en parte al proceso de desescalada y la mayor movilidad, que ha causado, entre otras cosas, un aumento de precio de los carburantes. La tasa de inflación se situó en junio en el -0,3%, seis décimas por encima del -0,9% de mayo, según los datos adelantados este lunes por el INE, que apunta al incremento de precios de los carburantes y la electricidad. En cambio, los productos básicos de alimentación y cuidado del hogar relajan su escalada.

El fin del estado de alarma, que se levantó el 22 de junio, trajo en junio más movilidad, más consumo fuera del hogar y más facilidad para comprar en las tiendas. Así, el INE ha podido realizar una recogida de precios más ajustada, puesto que ya la mayor parte de los productos de la cesta que utiliza estaban disponibles en las tiendas, a excepción de los relacionados con el turismo o la asistencia a espectáculos deportivos y culturales, cuyo precio ha tenido que ser estimado.

Con esos mimbres, el INE observa que los precios caen menos. La tasa general es del -0,3%, seis décimas por encima de la registrada en mayo. Modera pues, su caída, y deja atrás cuatro meses de trayectoria descendente. El cambio de tendencia se debe, según el INE, a la subida de precios de la energía, tanto de los carburantes y combustibles como de la electricidad, frente a las bajadas registradas en junio de 2019. En el otro lado, tiran hacia abajo del índice los bienes y servicios de consumo básico en el hogar que los españoles han seguido consumiendo durante los meses del confinamiento y que el INE denomina “bienes y servicios COVID-19”.

La parte de bienes (incluye alimentación, bebidas, tabaco, limpieza y artículos no duraderos para el hogar, productos farmacéuticos, comida para animales y artículos para el cuidado personal), registra una tasa anual del 2,3%, cinco décimas menos que el mes pasado. En este grupo, destaca la evolución de los precios de la alimentación, que moderan la escalada que han vivido en los últimos meses. La tasa de IPC de los alimentos pasa del 3,5% de mayo al 2,8% en junio. Los frescos siguen encareciéndose a buen ritmo, pero moderan su escalada, con una tasa del 4,2%, más de un punto por debajo de la de mayo, mientras que los alimentos envasados se encarecen un 2% anual, tres décimas menos que en mayo.

Los precios de los “servicios COVID-19″, que incluye los gastos de vivienda (alquiler, agua, alcantarillado, recogida de basuras, electricidad, gas, gasóleo para calefacción, teléfono, música y televisión en streaming, seguros, gastos bancarios y servicios funerarios), siguen en terreno negativo, aunque remontan. La tasa anual de estos servicios es del -2,4%, frente al -4% del mes anterior.

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