Los sindicatos exigen al Gobierno una ley para regular el teletrabajo
UGT y CC OO subrayan que es necesario un pacto europeo para impulsar la reconstrucción económica y salvar los empleos y las empresas
Ha sido un Primero de Mayo atípico. Tan atípico que ha durado 48 horas y ha celebrado una manifestación por control remoto y, probablemente por esa circunstancia, más masiva que nunca. El confinamiento por la pandemia ha obligado a los sindicatos a convertir la adversidad en oportunidad y que se hayan volcado en organizar una jornada histórica, que comenzó el último día de abril con diversos actos informativos y terminará la noche de e...
Ha sido un Primero de Mayo atípico. Tan atípico que ha durado 48 horas y ha celebrado una manifestación por control remoto y, probablemente por esa circunstancia, más masiva que nunca. El confinamiento por la pandemia ha obligado a los sindicatos a convertir la adversidad en oportunidad y que se hayan volcado en organizar una jornada histórica, que comenzó el último día de abril con diversos actos informativos y terminará la noche de este viernes con dos conciertos telemáticos, uno con protagonistas nacionales y otro con foráneos, encadenados por la hora de los aplausos a las ocho en punto de la tarde.
“Será un Primero de Mayo virtual, pero será profundamente clásico”, adelantaba Pepe Álvarez, secretario general de la Unión General de Trabajadores (UGT), el miércoles a EL PAÍS, cuando todavía no había grabado con su homólogo de Comisiones Obreras, Unai Sordo, los discursos del acto central que se difundieron a las 12.30 del viernes a través de las páginas web de las dos organizaciones. Bajo el lema Otro modelo económico es necesario, los dos sindicatos se lanzaron a la calle (es un decir) a inundar las redes sociales para lograr la participación de los trabajadores del país bajo la pancarta (también virtual) de Yo soy 1º de Mayo.
Sordo y Álvarez (o Álvarez y Sordo), cuyo trabajo se ha multiplicado durante estas semanas de confinamiento, coincidieron en reclamar lo que vienen reclamando durante todo este tiempo: que la “deshibernación” de la economía garantice la seguridad de los trabajadores, la preservación del empleo y la protección de los más vulnerables. Y con ese tridente como premisa, plantearon más y mejores servicios públicos (sanidad, atención a los mayores y a los dependientes, educación…), más inversión en ciencia, tecnología e innovación y un nuevo modelo productivo económica y medioambientalmente sostenible con dimensión europea. Para ello, creen imprescindible un gran pacto de Estado “político, social e interinstitucional que permita la vuelta a la actividad económica sin arriesgar la salud, que salvaguarde los empleos y las empresas y que sirva de palanca de inversión y recuperación del sector público en un contexto europeo”, en palabras de Sordo.
Los dos líderes sindicales, que mantuvieron una videoconferencia de prensa antes del acto central, enfocaron sus intervenciones en dos vertientes: una de reconocimiento de los sectores esenciales y puesta en valor de los servicios públicos y otra reivindicativa del mundo del trabajo. En la primera, resaltaron el papel del personal sanitario, que a su juicio se debe a contar con un sistema público como el que existe en España, pero también la de los diversos sectores esenciales que, “en muchos casos realizan su labor en condiciones precarias, que no corresponden con la responsabilidad y el riesgo que asumen día a día”, según Álvarez. “Trabajadores que han dado lo mejor para que ahora se les valore y que han mantenido el latido de España cuando todo se paró”, según Sordo, que añadió que “si algo queda claro es que un país lo saca adelante la clase trabajadora, un orgullo para las organizaciones sindicales, la razón de ser de los sindicatos”.
En el mismo sentido, hicieron hincapié en el valor de los servicios públicos para hacer efectivos derechos fundamentales como la salud, la educación o la protección social. “Si el país ha seguido funcionando ha sido gracias a los trabajadores y trabajadoras y al esfuerzo de toda la ciudadanía”, manifestó Álvarez. Por eso, “la estrategia para la salida de la crisis debe centrarse en las personas priorizando la recuperación del empleo de calidad y la inversión en los servicios públicos esenciales y en los sectores estratégicos”, completó Sordo.
Por todas esas cosas y muchas más, los dos secretarios generales clamaron por una red de protección social para los trabajadores que han perdido su empleo y no tienen prestación. En ese sentido, pidieron la implantación urgente de la renta mínima vital para los trabajadores, pero también para los autónomos y los que están en la economía sumergida. “Si no creamos una red protectora, el esfuerzo de empresa y trabajadores pueden irse por el sumidero de la crisis”, según Álvarez.
El segundo frente reivindicativo corresponde al mercado laboral, en el que los líderes sindicales invocaron una regulación adecuada para reducir la temporalidad y acabar con la precariedad, los bajos salarios y el despido fácil. En este punto, precisamente, han puesto el acento en la aplicación de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) como “solución alternativa” a los despidos y la precariedad que habría derivado de la crisis, como ocurrió en la anterior crisis, de no mediar un acuerdo para impulsar esta figura.
Para los líderes sindicales, los ERTE son el mejor camino para enfrentarse a la crisis y tapar las grietas del sistema laboral español, según Sordo, para quien “sin los ERTE la destrucción de empleo se contaría por millones por lo que se tienen que prolongar de manera acompasada a la paulatina recuperación de la economía”. “Se ha demostrado que los ERTE son una herramienta útil que debe utilizarse en las relaciones laborales, solo había que tener la voluntad de utilizarla, se puede recuperar empleo en buenas condiciones y mantener las empresas”, afirmó Álvarez.
Para los líderes sindicales, la desescalada debe estar presidida por la preservación del empleo y la protección a los vulnerables, para lo que es necesario el diálogo social, lo que permitirá la extensión de los ERTE más allá del periodo de alarma y reaccionar ante el debilitamiento del tejido productivo. “Necesitamos compromisos de la Administración, pero también de la patronal”, subrayó Álvarez. Para Sordo, la recuperación de la actividad económica debe ceñirse a lo que las autoridades sanitarias marquen. “A partir de ahí se van a abrir paulatinamente las empresas y hay que intentar que lo hagan sin destruir empleo y sin que se destruyan empresas”, que a su juicio deben tener facilidad para tener acceso a canales de financiación.
Pero además de los ERTE, para los sindicatos es urgente llevar a cabo una revisión del teletrabajo, cuya figura se ha potenciado durante este confinamiento. A juicio de Sordo, “es una nueva realidad que ha saltado las fronteras y que obliga a plantear una regulación apropiada e incorporarlo a la negociación colectiva”. “Es una ganga [en su actual desarrollo] para las empresas que no se va a poder mantener, hay que plantear una ley que lo regule”, incidió Álvarez. Los sindicatos mantienen que se trata de evitar que el teletrabajo se convierta en un arma de doble filo y que su uso no se traduzca en abuso, de manera que se puedan controlar las horas que realmente realiza el trabajador en su casa en comparación con el trabajo presencial.
A juicio de los sindicatos, esta crisis deja la enseñanza de que el modelo industrial ha quedado muy tocado, si no inservible, y, por ello, piden un cambio del modelo productivo sobre la base de un empleo digno e inversiones en investigación y tecnología. “Es fundamental que este país invierta en investigación y nuevas tecnologías, que proteja a los investigadores y seamos capaces de ser uno de los países que consiga la vacuna de la covid-19 gracias al esfuerzo de nuestros investigadores que muchas veces se sienten abandonados”, manifestó Álvarez. “No puede ser que la cuarta economía europea tenga que recurrir a países asiáticos para suministrarse de equipos básicos en un momento además en que se han encarecido porque ha habido pirateo en el comercio internacional”, criticó Sordo. El dirigente vasco sentenció, ante eso, que “si hace falta intervenir y nacionalizar algunas industrias habrá que hacerlo, como lo hacen otros países como Alemania o Italia”.
Pero el plan de reactivación “requiere inversión y movilización de recursos con el apoyo europeo”, según Sordo, que añadió: “Hace falta que el sector público impulse la economía y que Europa esté a la altura, no puede ser un banco de países, tiene que ser un país de países, tiene que aportar 1,5 billones de euros para la reconstrucción económica”. Ello exige una posición común en la Unión Europea para salvaguardar la economía. Álvarez abundó en este asunto y precisó que “no solo las decisiones las deben tomar los Gobiernos, hay que incorporar a las organizaciones sindicales para que participen en el debate junto con los Gobiernos y las organizaciones empresariales”. “En Europa nos jugamos el futuro y España tiene que estar capitaneando ese futuro”, enfatizó.
Tanto Álvarez como Sordo incidieron en que pedirán una auditoría sobre el sistema de salud y las residencias. “No se puede repetir los miles de muertos en las residencias de ancianos; todo requiere cambios de concepto de cómo se articula una sociedad. No se puede decir por la mañana que se paguen los servicios y por la tarde pedir que se bajen los impuestos”.