Timmermans: “La propuesta de España contra la crisis puede ser la base para el acuerdo europeo”

El vicepresidente primero de la Comisión anima a los países a estudiar la iniciativa con detenimiento

Frans Timmermans, vicepresidente de la Comisión Europea, el 14 de junio en Estrasburgo.Philipp von Ditfurth (Getty)

El vicepresidente primero de la Comisión Europea y responsable del Pacto Verde, Frans Timmermans (Holanda, 58 años), está convencido: “O encontramos juntos una solución colectiva a nivel europeo a la crisis del coronavirus o todos los países fracasarán a título individual”. Con su ímpetu intacto tras varias semanas de confinamiento y con el lenguaje franco que le caracteriza, Timmermans elogia la propuesta presentada este lunes por el Gobierno de Pedro Sánchez...

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El vicepresidente primero de la Comisión Europea y responsable del Pacto Verde, Frans Timmermans (Holanda, 58 años), está convencido: “O encontramos juntos una solución colectiva a nivel europeo a la crisis del coronavirus o todos los países fracasarán a título individual”. Con su ímpetu intacto tras varias semanas de confinamiento y con el lenguaje franco que le caracteriza, Timmermans elogia la propuesta presentada este lunes por el Gobierno de Pedro Sánchez para la creación de un fondo europeo de recuperación económica del continente. En una entrevista por videoconferencia con EL PAÍS y el diario italiano La Repubblica, el número dos de la Comisión anima a todos los países, en particular a Italia y los Países Bajos, a “salir de sus trincheras” y “a estudiar cuidadosamente la iniciativa española para ver si puede ser la base de un compromiso”.

Pregunta. De cara a la cumbre europea de este jueves, España ha presentado una propuesta para crear un fondo de hasta 1,5 billones de euros. ¿Le parece viable?

Respuesta. La cifra del billón y medio ya había sido mencionada por la Comisión Europea así que ese volumen no parece alejado de la escala de inversión que será necesaria. Pero creo que la propuesta del Gobierno español tiene un doble mérito. Por un lado, reconoce la magnitud del desafío, algo que no todo el mundo acepta todavía. Y por otro, plantea una propuesta para una solidaridad a nivel europeo, que es el único en el que podemos alcanzar la dimensión necesaria.

P. A cuatro días de la cumbre, sin embargo, las posiciones parecen muy alejadas. Alemania y, sobre todo, los Países Bajos, se resisten a cualquier plan para compartir deuda. E Italia sigue empeñada en los eurobonos.

R. Veo el papel presentado por España como un esfuerzo honesto por buscar un terreno intermedio. Por eso, animo a todos los otros Estados miembros a tratarlo como tal. Y urgiría también al Gobierno italiano a estudiar cuidadosamente la iniciativa del Gobierno español para ver si puede ser la base de un compromiso

P. ¿Prevé un acuerdo en la cumbre del jueves?

R. No tengo una bola de cristal. Pero el acuerdo del Eurogrupo, con una oferta de utilizar el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) sin condiciones, ya fue un paso en la buena dirección. ¿Vamos a sacrificar la UE, el mercado interior y todo lo que ello significa solo porque no somos capaces de alcanzar un compromiso para financiar la recuperación con solidaridad europea? No lo creo. Creo que al final se llegará a un acuerdo, que prevalecerá una especie de “egoísmo ilustrado” en el que todos los países, incluido el mío, entenderán que la solidaridad va, en definitiva, en interés propio. El espectro de un paro masivo debe estar en la mente de todos. Necesitamos un nivel de inversión para salir de esta crisis sin que millones de europeos se queden en el paro.

P. Hasta ahora, sin embargo, el acuerdo del Eurogrupo solo ha ofrecido préstamos a través del MEDE, para el gasto sanitario, o préstamos a través de la Comisión para la factura del paro. ¿Es consciente Bruselas de que España e Italia no piden crédito sino ayuda con la deuda que se avecina?

R. Respondería por dos caminos. Por supuesto, sé lo que piden España e Italia, y estoy de acuerdo en que alguna fórmula de solidaridad será necesaria. Pero eso no implica renunciar a las otras fórmulas que hemos pactado. Si miro la situación del sector sanitario en Madrid, Bérgamo o Milán, me doy cuenta de que el dinero que el MEDE ha puesto a disposición de España o Italia sin condiciones podría ser un alivio importante. Por supuesto no es toda la respuesta, pero es parte de la respuesta. Y hay que superar también la distinción entre préstamos y subvenciones, debemos ser cuidadosos de no generar un debate en blanco y negro que obliga a cada parte a mantenerse en sus trincheras. Necesitamos salir de las trincheras y buscar el terreno del acuerdo.

P. Pero los Gobiernos temen que el recurso del MEDE no sea suficiente y, una vez tomada esa vía, acaben en un rescate completo.

R. Ha de quedar muy claro que el MEDE sin condiciones es un buen instrumento para un sector sanitario que se encuentra en mala situación, pero que no será el único que nos ayudará a salir de esta crisis. La cifra del 1,5 billones de euros no surge de la imaginación. Es fruto del análisis de nuestros departamentos y está claro que el MEDE no basta para hacer frente a ese reto.

P. Hay Gobiernos partidarios de frenar el Pacto Verde para la reducción de emisiones. Usted se comprometió a presentar los nuevos objetivos en otoño. ¿Mantiene ese calendario?

R. Sí, anunciaremos nuestros objetivos en septiembre. El Pacto Verde no es un lujo, es el camino para preparar nuestra sociedad para el futuro. Dado que debemos movilizar todos los recursos de inversión disponibles, si no los usamos bien para hacer nuestras economías sostenibles, entonces estaremos reparando una casa que se caerá dentro de unos años. Estaremos tirando el dinero y luego no dispondremos de dinero para unas reparaciones imprescindibles, porque el climate change no desaparece. Para esta generación y para la siguiente el empleo dependerá de crear puestos de trabajo sostenibles. Sin el Pacto Verde, salvaríamos ahora unos cuantos empleos pero los perderíamos después, porque serían insostenibles.

P. El anterior presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, acabó pidiendo disculpas a Grecia por la humillación de los rescates. En esta, la presidenta Ursula von der Leyen ya ha pedido disculpas a Italia por el retraso en acudir en su ayuda. ¿Quizá los ciudadanos se harten de tantas disculpas y empiecen a pedir responsabilidades?

R. La actitud de los ciudadanos europeos hacia la UE estará determinada por nuestra capacidad para reaccionar adecuadamente a esta crisis. Si no logramos un acuerdo y damos un rayo de esperanza a la gente que está sufriendo tanto, entonces puedo entender que el euroescepticismo, incluso la eurofobia, aumentará. Y esto recaerá sobre los hombros de todos nosotros, las instituciones y los líderes nacionales. Y en esa situación, las disculpas y los cálculos partidistas a corto plazo no servirán de nada. Para mí sería muy fácil decirle que la Comisión no tiene competencias en sanidad así que no se nos puede criticar. Pero a quién le importa eso. Los ciudadanos quieren que resolvamos los problemas, no les importa el reparto de competencias. Nos culparán a todos si no lo resolvemos. Pero ojo, los líderes nacionales no deberían engañarse. Esta crisis no solo puede romper la UE. Los sistemas políticos nacionales sufrirán también un gran estrés si no se encuentra una solución. Y nadie podrá librarse culpando a los otros, como intentan algunos. O encontramos juntos una solución colectiva a nivel europeo, o todos los países fracasarán a título individual. Es tan simple como eso.

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