La directora del FMI, a Gobiernos y bancos centrales: “Gasten cuanto puedan, pero guarden los recibos”

Kristalina Georgieva pide estímulos de “solidaridad global” para hacer frente a la crisis desatada por el coronavirus

Kristalina Georgieva, en una imagen del pasado 4 de marzo.Samuel Corum (EL PAÍS)

La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, pidió este miércoles a Gobiernos y bancos centrales que pongan en marcha todos los mecanismos posibles para contener los estragos económicos y humanos que la pandemia del coronavirus está causando. Más gasto en sanidad, más ayudas directas a las familias, más solidaridad con los países pobres. Más munición, por tierra mar y aire. A diferencia de la Gran Recesión de hace una década, el discurso del organismo con sede en Wa...

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La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, pidió este miércoles a Gobiernos y bancos centrales que pongan en marcha todos los mecanismos posibles para contener los estragos económicos y humanos que la pandemia del coronavirus está causando. Más gasto en sanidad, más ayudas directas a las familias, más solidaridad con los países pobres. Más munición, por tierra mar y aire. A diferencia de la Gran Recesión de hace una década, el discurso del organismo con sede en Washington no está plagado de condiciones, de llamamientos a la austeridad o de prescripciones médicas de aceite de ricino, aunque Georgieva si lanzó una advertencia: “Nuestro mensaje es: gasten todo lo que puedan, pero guarden los recibos, no queremos que la transparencia y la rendición de cuentas queden atrás”.

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“La Covid-19 está causando una pérdida trágica de vidas y las medidas necesarias para combatirla han puesto el mundo del revés, con efectos en miles de millones de personas y en sus economías”, dijo la búlgara Georgieva por videoconferencia, ya que las tradicionales reuniones del Fondo de primavera, que se celebran en Washington, es otra de esas citas multitudinarias que esta crisis ha impedido celebrar en persona y relegado al mundo virtual.

Para Georgieva (Sofía, Bulgaria, 66 años) esta son las segundas reuniones del FMI que se celebran bajo su mandato. Se estrenó fue en las de otoño, el pasado octubre, a pocas semanas de asumir el cargo y en un escenario muy diferente del actual, no solo por la logística. La sombra de la desaceleración se había empezado a alargar, sí, y la economía global -pronosticaba- iba a crecer ese año a su ritmo más bajo desde la crisis financiera de 2008.

Hoy, el mundo teme el peor derrumbe económico en 80 años, en una crisis sanitaria y económica a la vez, que afecta al lado de la oferta y de la demanda, y que ha castigado a todas las grandes potencias. “Una crisis como ninguna otra”, señaló Georgieva. En concreto, el Fondo calcula que la economía global se contraerá un 3% este año a causa de la pandemia, en contraste con el avance del 2,9% experimentado en 2019, lo que supone un deterioro drástico y peor que el provocado por la crisis financiera de 2008 y 2009. Si el brote se disipa este verano, la economía también mejorará de forma brusca, hasta un 5,8% el próximo año, la cuestión es si ese escenario base con el que trabajan se cumple.

En esta línea, el Fondo reclama que se priorice el gasto en salud y se eviten políticas que restrinjan las ventas de material médico a otros países, una práctica que la llamada guerra de las mascarillas entre Europa y EE UU puso de manifiesto hace unas semanas. También pide líneas de ayudas y créditos a empresas y hogares, así como estímulos para reactivar el crecimiento una vez las medidas de confinamiento se suavicen. También advierte de que los países pobres van a necesitar más ayuda. “Necesitamos, más que nunca, solidaridad global y coordinación internacional”, apuntó la directora gerente. Respecto a las instituciones europeas, incluido el BCE, señaló que “están actuando con todo lo que tienen, es un momento para la solidaridad europea. Esto es lo que los ciudadanos europeos esperan de sus instituciones". El propio Fondo está respondiendo, dijo, a un aluvión de demandas de financiación de emergencia, con más de 100 países.

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