Bruselas ultima un plan para evitar la destrucción de empresas y empleos
España aboga por un plan para paliar los efectos del virus en la economía y el empleo pero duda sobre lanzar un paquete masivo
Engrasar la maquinaria productiva para reiniciarla cuando amaine la epidemia del Covid-19. Ése es el objetivo de la batería de medidas que prepara la Comisión Europea y que serán trasladadas a la reunión de los ministros de Economía de la UE de la semana que viene. Fuentes involucradas en la preparación del plan reconocen que no se trata todavía de un estímulo fiscal masivo ...
Engrasar la maquinaria productiva para reiniciarla cuando amaine la epidemia del Covid-19. Ése es el objetivo de la batería de medidas que prepara la Comisión Europea y que serán trasladadas a la reunión de los ministros de Economía de la UE de la semana que viene. Fuentes involucradas en la preparación del plan reconocen que no se trata todavía de un estímulo fiscal masivo como el que reclama el Banco Central Europeo. Y que la mayor parte del apoyo seguirá corriendo por cuenta de cada Estado miembro. Pero se trata de unas primeras medidas de emergencia que pueden ayudar a mantener la liquidez de las empresas más afectadas y evitar que entren en una espiral de insolvencia irrecuperable.
El plan -que este viernes presentarán la presidenta Ursula von der Leyen y los vicepresidentes Margrethe Vestager y Valdis Dombrovskis- incluye la relajación de las normas sobre ayudas de Estado para facilitar la inyección de subsidios públicos en los sectores más golpeados por las consecuencias del coronavirus. Y la aplicación de las cláusulas del Pacto de Estabilidad que permiten desviaciones de los objetivos de déficit públicos en situaciones excepcionales como la actual.
Los sectores potencialmente más beneficiados serán el turismo y el transporte, los dos que han sido más directamente castigados hasta ahora. Bruselas calcula que, solo la caída del turismo procedente de China (la tercera mayor fuente después de EE UU y Rusia) supondrá una pérdida de 400.000 clientes entre enero y abril de este año, equivalente a más de dos millones de pernoctaciones hoteleras. A ello se sumará la reducción del turismo intracomunitario (60% de las llegadas) a medida que la epidemia se extienda y alcance proporciones similares a las de Italia, el país europeo más afectado hasta ahora.
En transporte, el sector aéreo ya se ha visto gravemente afectado por las restricciones a los trayectos dentro de la UE, como la prohibición en España para los vuelos de Italia. A ello se añade el veto de Washington a los vuelos transatlánticos procedentes de toda la zona Schengen.
El transporte marítimo, según la Comisión, también está sufriendo particularmente las consecuencias, con los puertos de Hamburgo y Rotterdam como los más perjudicados. Las organizaciones internacionales del sector estiman una caída del 20-25% en el tráfico global de mercancías. El impacto en los puertos será proporcional a esa magnitud, según Bruselas, y más difícil de absorber dados los costes fijos de instalaciones y personal.
Las medidas que ultima la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, podrían servir de puente hacia planes de mayor envergadura, en caso de que la crisis se prolongase. Los socios de la Unión siguen divididos en cuanto a la necesidad de activar planes expansivos de gasto en un momento en que aún no se conoce la dimensión ni la duración de la posible recesión.
Los países de la austeridad, con Alemania y Holanda al frente, ya han aceptado una relajación de las normas fiscales para que cada país pueda hacer frente a la escalada del gasto público que se espera. Pero esa propuesta no satisface a otros socios, por diversas razones. Francia reclama un plan coordinado de expansión, en línea con lo sugerido, sin éxito, por la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde.
España se ha desmarcado de ambas posiciones. No desea ni un plan expansivo generalizado, como plantean París o Roma, ni ceñirlo solo a cuestiones sanitarias, como los países del norte. El gobierno de Pedro Sánchez quiere que haya medidas a nivel comunitario y nacional pero centradas al máximo en las consecuencias de la epidemia en la actividad económica y en el empleo.
“Queremos un estímulo fiscal que pueda compensar el efecto del coronavirus, pero no políticas que generen comportamientos irresponsables”, sostuvieron fuentes del Ministerio de Economía, en referencia a que ir más allá supondría hacer volar el déficit, que todo apunta a que escalará como a causa de la crisis. En cualquier caso, Sánchez abogó por mejorar lo que hay ahora sobre la mesa: “Europa sabe que no puede repetir errores pasados que lastren nuestras economías”.
“Dejar la respuesta fiscal exclusivamente en manos de los Estados sería repetir el error cometido durante la crisis financiera”, avisa también el eurodiputado socialista, Jonás Fernández. Y recomienda que “el camino a seguir es asumir conjuntamente los riesgos económicos”.
Apoyo a ayudas de Estado
La Comisión Europea aprobó este jueves el primer plan de ayudas de Estado para compensar los efectos del brote de coronavirus. Competencia dio luz verde a un programa del Gobierno danés de 12 millones de euros para compensar a los organizadores de grandes eventos por las pérdidas de cancelación.
Este es el primer plan de ayudas de Estado que recibe Bruselas, que le dio la luz verde en apenas 24 horas. Este visto bueno, además, sirve para señalar el camino para el resto de los países al mostrar uno de los posibles sectores a los que pueden dedicar sus ayudas.
Dinamarca quiere compensar a los eventos de más de 1.000 personas o aquellos que, con independencia del aforo, se han tenido que suspender por estar destinados a colectivos vulnerables.