Escrivá quiere endurecer las jubilaciones anticipadas voluntarias
El ministro de Seguridad Social pide al Pacto de Toledo que tenga pronto listas las recomendaciones para la reforma de pensiones
El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, defiende que para cerrar el déficit de las pensiones a corto plazo y abordar la jubilación de la generación del baby boom, que empezará a retirarse a partir de 2023, no hace falta darle la vuelta al sistema como a un calcetín. En primer lugar, el ministro pide que se descargue al instituto público de gastos que no le corresponden (descuentos a la Seguridad Social, gestión y personal...), tener una ...
El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, defiende que para cerrar el déficit de las pensiones a corto plazo y abordar la jubilación de la generación del baby boom, que empezará a retirarse a partir de 2023, no hace falta darle la vuelta al sistema como a un calcetín. En primer lugar, el ministro pide que se descargue al instituto público de gastos que no le corresponden (descuentos a la Seguridad Social, gestión y personal...), tener una política migratoria para atraer trabajadores extranjeros que compensen la salida laboral de ese gran contingente de población activa que se avecina y, además, pide retrasar la edad efectiva de jubilación para aproximarla a la legal: la primera está ahora en 64 años y cinco meses y la segunda en 2020 se sitúa entre 65 años y 65 años y 10 meses (llegará a una horquilla entre los 65 años y los 67 años en 2027). También defiende impulsar los planes de ahorro colectivos en las empresas frente a los individuales.
Pocas soluciones son más eficaces para resolver los problemas que tiene la Seguridad Social que lograr que los trabajadores se jubilen cada vez más tarde. Por cada año que se retrasa de media la edad real de jubilación en el conjunto del sistema —ahora en 64 años y cinco meses— se resuelve “un 25% del problema”, apuntó el ministro en su comparecencia ante la Comisión del Pacto de Toledo, en el Congreso. “Es una palanca potentísima”, señaló.
Pero la opción de Escrivá no pasa por elevar más la edad legal de jubilación (entre 65 años y 65 años y 10 meses este ejercicio: y de 65 a 67 años en 2027). Él propone animar a que los trabajadores se retiren cada vez más tarde de forma voluntaria si se jubilan por la vía ordinaria. ¿Cómo? Difundiendo los incentivos que ya prevé la ley —“algunos son completamente desconocidos”—, y mejorándolos después de estudiar su funcionamiento. Ahora, por cada año de demora en el retiro, un trabajador puede aumentar entre un 2% y un 4% su pensión.
También plantea “desincentivar” la jubilación anticipada, concretamente una de las vías que establece la norma: la voluntaria, que el año pasado supuso “el 16% de todas las jubilaciones”. Los números que puso sobre la mesa Escrivá señalan que esta modalidad ha subido en cinco años un 66%, hasta aproximarse a las 50.000 en 2019.
Dos tipos de retiro anticipado
En España hay dos tipos de jubilación anticipada: la forzosa —para quienes han sido despedidos en los últimos años de su vida laboral y pueden acceder a ella cuatro años antes de su edad legal de jubilación con penalizaciones sobre la pensión que van del 1,5% al 1,875% por cada trimistre de adelanto— y la voluntaria —para los que se jubilan dos años antes de su edad legal de jubilación con penalizaciones sobre la pensión que van del 1,625% al 2% por cada trimistre de adelanto—.
Sería sobre esta última en la que Escrivá propone cambios. “El diseño [actual] es muy regresivo y el supuesto desincentivo es mucho menor de lo que uno puede suponer”, argumentó el ministro, que no dio más información sobre sus planes.
En su comparecencia, el responsable de la Seguridad Social solo apuntó líneas de actuación, pero no dio detalles. “No es razonable que yo vaya mucho más allá”, defendió, dando a entender que la comisión parlamentaria del Pacto de Toledo debe antes tener listas sus recomendaciones. Además, pidió a los diputados que estas estén listas en la segunda mitad del año y que fueran claros en sus conclusiones e hicieran un resumen ejecutivo para que la ciudadanía pudiera entenderles.
Como ya hizo en su toma de posesión como ministro, Escrivá puso un especial acento sobre el ahorro complementario para las pensiones individuales. Fue muy crítico con los fondos de pensiones individuales, que calificó como “productos muy, muy caros”. Y los comparó con los planes de ahorro colectivos de las empresas que emanan de la negociación colectiva. Expuso que las comisiones de los primeros son del 1,2% frente al 0,3% de los segundos, y eso se traduce en rentabilidades muy bajas.
Más ahorro colectivo
Esto le llevó a defender que “progresivamente” se trasladen las desgravaciones fiscales que ahora tienes los fondos individuales a los planes colectivos. Y apuntó, como en el caso de las jubilaciones anticipadas voluntarias, que con su diseño actual estos beneficios son “muy regresivos desde el punto de vista fiscal”. Es decir, favorecen a quienes tienen mayores rentas y están en mejor disposición para ahorrar.
Durante la comparecencia, Escrivá dejó claro su compromiso con el mantenimiento del poder adquisitivo de los pensionistas y recordó que el índice de revalorización que estableció la reforma de 2013 hubiera determinado pérdidas de poder adquisitivo del 35% para los pensionistas desde que se jubilaban hasta que fallecían.
En el turno de preguntas, el ministro también anunció que está preparando un rediseño del complemento de maternidad en las pensiones. Explicó que tras la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que lo calificaba de discriminatorio con los hombres “se ha desnaturalizado”. E indicó que una línea básica de ese rediseño puede centrarse en “las discontinuidades” en la vida laboral tras el nacimiento de los hijos, algo que recae sobre todo en las mujeres.