Análisis

¿Cuál es la estrategia del BCE?

Es segura una extensión de las inyecciones de capital, pero no descartemos alguna sorpresa

El presidente del BCE, Mario Draghi, no ha despejado muchas incógnitas en su última rueda de prensa, por lo que habrá que esperar a diciembre para tener más detalles sobre la trayectoria de la política monetaria para la zona euro.

Una cosa sí es segura, y es que el BCE no acabará de forma repentina con los programas de compra de activos (el famoso QE) y con los tipos bajos. Tras varias semanas en las que se ha rumoreado de todo, desde la posibilidad de ampliar la cesta de la compra (incluyendo acciones, ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El presidente del BCE, Mario Draghi, no ha despejado muchas incógnitas en su última rueda de prensa, por lo que habrá que esperar a diciembre para tener más detalles sobre la trayectoria de la política monetaria para la zona euro.

Una cosa sí es segura, y es que el BCE no acabará de forma repentina con los programas de compra de activos (el famoso QE) y con los tipos bajos. Tras varias semanas en las que se ha rumoreado de todo, desde la posibilidad de ampliar la cesta de la compra (incluyendo acciones, como el Banco de Japón), hasta la opción de levantar el pie del acelerador (moderando el ritmo), ésta ha sido la única novedad que dio Draghi a unos mercados expectantes; lo cual, por cierto, no es ninguna primicia. Si alguna lección hemos aprendido de otros bancos centrales es que la salida de las medidas ultra expansivas no es fácil y requiere de mucha prudencia. Y el ejemplo más claro es la cautela con la que está operando la Reserva Federal de Estados Unidos. La salida del QE se alargó durante casi año y medio, desde que Bernanke lanzara las primeras señales hasta que, finalmente, se acabó la compra de activos. La primera subida de tipos de interés sólo llegó un año después. Y la segunda está por producirse.

Actualmente el BCE, como otros bancos centrales (el de Japón o el de Inglaterra), mantiene una política monetaria muy expansiva por la combinación de tipos bajos (incluso negativos) y la compra de activos. Por ahora, los tipos siguen en el cero y las compras de activos se mantienen hasta marzo del año que viene, como mínimo. Más allá del debate de fondo que afecta a todos los bancos centrales sobre la pérdida de eficacia de estas medidas, el BCE enfrenta restricciones importantes para seguir comprando activos por las propias reglas autoimpuestas. Así, el BCE está viendo cómo aflojar las costuras del programa para asegurarse que, si las condiciones lo requieren, pueden seguir adelante. No es la primera vez que el BCE hace este tipo de ajustes técnicos.

¿Cuáles son las incógnitas a despejar en diciembre? Primero, la fórmula para ajustar el programa de compra de bonos: elevando la proporción máxima de los que puede comprar de un país, modificando la distribución de compras por países (lo que no es políticamente fácil) y/o comprando "a pérdida". Cualquiera de estas elecciones es complicada y no es neutra, puede tener impacto importante en los precios de los activos. Segundo, y más importante, si el BCE extiende o no el programa por la misma cuantía y hasta cuándo. Es casi segura una extensión por igual cuantía y por unos meses con ajustes cosméticos, aunque no descartemos alguna sorpresa de Draghi en el puente de la Constitución.

Sonsoles Castillo es analista de BBVA Research.

Archivado En