Zancadillas a Ence

El grupo de energía y celulosa se siente discriminado por los cambios regulatorios

Viveros Silvasur, de Ence.

Ence cierra estos días su cuenta de resultados de 2013, que presentará a la CNMV el miércoles, sin conocer el impacto final que tendrá sobre la misma la regulación aprobada con efecto retroactivo por el Gobierno, y que está aún en fase de alegaciones, para la energía renovable y la cogeneración.

Sus cifras anuales de producción y ventas crecerán ligeramente respecto de las de 2012 según prevén los analistas, pero los principales renglones de la cuenta de resultados del grupo de energía y celulosa serán aproximativos y dependerán de estimaciones sobre la hipotética cuantía de las retribu...

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Ence cierra estos días su cuenta de resultados de 2013, que presentará a la CNMV el miércoles, sin conocer el impacto final que tendrá sobre la misma la regulación aprobada con efecto retroactivo por el Gobierno, y que está aún en fase de alegaciones, para la energía renovable y la cogeneración.

Sus cifras anuales de producción y ventas crecerán ligeramente respecto de las de 2012 según prevén los analistas, pero los principales renglones de la cuenta de resultados del grupo de energía y celulosa serán aproximativos y dependerán de estimaciones sobre la hipotética cuantía de las retribuciones a aplicar a los kilovatios que generó en meses pasados.

“Al regulador se le han cruzado los cables y hay riesgo de que se produzca un cortocircuito que funda estrategias, convierta inversiones en ceniza y ponga en un brete la rentabilidad de las papeleras”, dicen fuentes del sector. Iberpapel, por ejemplo, acaba de notificar a la CNMV que en 2013 ganó un 58,6% menos que en 2012 por el abaratamiento del papel y el impacto de la reforma eléctrica.

En Ence declinan cuantificar la repercusión en sus cuentas de las nuevas retribuciones a la cogeneración, pero analistas de La Caixa revelan, según recoge Capital Bolsa, que el grupo de energía y celulosa estimó un impacto negativo por el conjunto de la reforma energética de entre 40 y 60 millones. El grupo, añaden, prepara un plan de optimización de costes para mitigar este hecho.

Ence, aunque está en una buena situación de solvencia y genera una caja abundante tras su cambio de estrategia y la venta de activos en Uruguay y Portugal, está preocupada y disgustada por el rosario de cambios regulatorios.

La nueva retribución a la cogeneración eléctrica socava su estrategia de futuro

Su presidente, Juan Luis Arregui, no ha dudado en advertir, en un artículo en Revista de la Energía, que la nueva normativa “puede perjudicar de forma irreparable” a sectores e industrias que generan mucho empleo y aportan “un gran potencial de crecimiento”. La drástica reducción de la retribución a “la cogeneración con lignina (también denominada licor negro), un magnífico combustible natural y renovable derivado de la transformación de la madera, constituye”, en su opinión, “un serio peligro para el futuro del sector forestal y de la industria maderera” y es “un preocupante atentado a la competitividad de la industria de la celulosa y el papel”.

No es un brindis al sol, Ence se juega mucho en este envite. Sus ventas de energía crecieron un 25% entre enero y septiembre respecto a igual periodo de 2012 y suponen ya el 28% de sus ventas totales (energía, celulosa y forestal). Dispone de una potencia en cogeneración con licor negro de 100 megavatios (MW), que representa un 65% de su cogeneración total y un 35% sobre la potencia total de generación que tiene en marcha el grupo (280 MW).

El plan estratégico de Ence contempla además abrir ocho o nueve plantas de biomasa hasta 2015 con una inversión de 525 millones (ha puesto ya en funcionamiento la de Huelva, de 50 MW, y en unos meses entrará en explotación la de Mérida, de 20 MW).

Pero en medio del partido les han cambiado las reglas y su consejero delegado, Ignacio de Colmenares, no duda en denunciar que la nueva regulación “va a malograr” uno de los sectores que más posibilidades tienen de crear desarrollo y empleo: la generación eléctrica con cultivo energético, que cuenta en España con unas posibilidades únicas y “para la que disponemos”, dice, “de un envidiable know-how”.

De manera incomprensible, agrega, “el cultivo energético ha sufrido un duro e injustificado golpe al recibir un tratamiento mucho peor que otras tecnologías renovables y que la cogeneración con gas natural”. Y esta última, resaltan otras fuentes, se produce con un combustible fósil, que hay que importar y que produce CO2.

La compañía, que prevé —al menos hasta ahora— elevar su resultado operativo desde el entorno de los 150-200 millones de euros a los 200-250 millones en cuatro años y que es hoy en Europa líder en producción de celulosa de eucalipto, ha surcado 2013 con cierta holgura pese a los cambios regulatorios e impositivos.

Ence, tras la venta de activos en Uruguay, reduce deuda y presume de solvencia

Así, logró incrementar su beneficio neto en los nueve primeros meses en un 31% y sus ventas en un 8% por la subida del precio de la celulosa, la mejora de la producción y la contribución de su nueva planta de biomasa en Huelva.

Factores que, sumados, según el grupo, a medidas de reducción de costes y mejoras de gestión, compensaron el impacto de los nuevos impuestos en energía desde principios de año y la pérdida de complementos de eficiencia y de energía reactiva desde julio.

Los mayores precios y volúmenes de ventas, pese al impacto regulatorio, hicieron crecer su ebitda un 29% respecto a enero-septiembre de 2012, pero su coste unitario de producción (cash cost) creció un 10% afectado por el impacto de la energía.

El escenario del cuarto trimestre del pasado ejercicio no varió sustancialmente para Ence en las actividades de celulosa.

En cuanto a la situación financiera —su consejero delegado presume de “tener el mejor balance del sector”—, Ence cerró septiembre con una reducción anual del 35% en su deuda financiera neta con recurso (99,2 millones) y del 6% en la deuda financiera neta total (204 millones).

Estas reducciones en la deuda fueron posibles, según fuentes de la empresa, por una elevada generación de caja en las actividades de celulosa y por las desinversiones (ingresó 59 millones por venta de activos en Uruguay).

Ence, tras la colocación de un bono por 250 millones de euros a principios del pasado año y tras el repago de la deuda existente, no tiene vencimientos de deuda relevantes hasta 2020.

En el cuarto trimestre del pasado año, por otra parte, Ence vendió la totalidad de sus propiedades forestales en Portugal a un fondo internacional por 11,2 millones de euros, aunque mantendrá su gestión durante 20 años. Operación que, según la empresa, está “en línea con la estrategia” de desarrollo de un modelo de gestión de activos forestales que permita su puesta en valor.

En enero de 2014, por otra parte, Ence reforzó su núcleo accionarial con la incorporación de Amber Capital tras su adquisición de un 4% a Liberbank por unos 35 millones. Amber justifica esta operación, entre otras razones, por el bajo endeudamiento de Ence y por su capacidad de reducción de costes para afrontar la reforma energética. El accionariado de referencia de Ence lo conforman ahora su presidente, J.L. Arregui (25,58%), Alcor Holding (19,79%), J.I. Comenge (5%), V. Urrutia (5%) y la citada Amber.

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