Primera crisis de móvil, pero no tanto

El sector de las telecomunicaciones nota la recesión en España, aunque el negocio sigue firme

Una mirada rápida al sector del móvil en España en 2012 arroja un panorama sombrío. En consonancia con la terrible recesión económica, los grandes operadores, con Movistar y Vodafone a la cabeza, perdieron ingresos y líneas. El conjunto de la telefonía móvil lleva cuatro años consecutivos viendo caer su facturación. Y el año pasado, y por primera vez desde que existe la telefonía celular, vio descender el número de líneas (2,76 millones menos) y la penetración.

Pero en un segundo vistazo, el panorama no es tan desolador. Es cierto que gran parte de ese desplome de líneas se debe a la su...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Una mirada rápida al sector del móvil en España en 2012 arroja un panorama sombrío. En consonancia con la terrible recesión económica, los grandes operadores, con Movistar y Vodafone a la cabeza, perdieron ingresos y líneas. El conjunto de la telefonía móvil lleva cuatro años consecutivos viendo caer su facturación. Y el año pasado, y por primera vez desde que existe la telefonía celular, vio descender el número de líneas (2,76 millones menos) y la penetración.

Pero en un segundo vistazo, el panorama no es tan desolador. Es cierto que gran parte de ese desplome de líneas se debe a la supresión de números secundarios tanto de particulares como de empresas. Pero también han influido causas que nada tienen que ver con la crisis. La primera de ellas es tecnológica: la progresiva desaparición de los datacards, los conocidos pinchos o módems USB, que han quedado obsoletos con la irrupción de los smartphones, las tabletas y los portátiles, que ya llevan tarjetas SIM integradas. Desde agosto de 2011, que iniciaron su declive, han desaparecido 1,3 millones. Y la segunda causa ajena a la recesión es un factor puramente contable: la limpieza de la base de datos de las operadoras (sobre todo de las mayores) de clientes inactivos.

La caída de ingresos de los operadores —las últimas cifras oficiales del tercer trimestre de 2012 arrojan un descenso interanual del 10,7%— también tiene un doble motivo. Por un lado, la inédita caída del tráfico (un 2,8% menos en el tercer trimestre). Y por otro, y el principal, la reducción de precios de la que se han beneficiado los consumidores. El ingreso medio por línea (alta, voz y datos incluidos) ha caído un 10% en el último año. Ya quisieran otros sectores regulados, como el eléctrico o de los carburantes, que baten récords de precios pese al descenso del consumo, tener un nivel similar de competencia como el de las telecomunicaciones.

Caen los ingresos de las compañías por la reducción de tarifas de un 10%

En la pelea de compañías, todo hacía suponer que 2012 sería un año más en la que los grandes seguirían conformándose con perder cuota a manos de los pequeños. Pero Movistar, con nuevo equipo de gestión comandado por Luis Gil Pérez, ha dado dos golpes encima de la mesa. Primero anunció en febrero la eliminación de las subvenciones de los terminales. Y luego, en octubre pasado, lanzó Movistar Fusión, su servicio en una sola factura de fijo, móvil e Internet, con rebajas de hasta el 40%. Eliminando el regalo de teléfonos acabó con una importante distorsión del mercado, mientras que con Fusión, aun renunciando al alto margen de beneficio de sus tarifas anteriores, fidelizó a sus mejores clientes, que de otra forma, tarde o temprano, se hubieran ido a la competencia. Desde su lanzamiento, el pasado 1 de octubre, ha captado 1,5 millones de clientes, frenando la sangría de los que se pasaban a otro operador. “Fusión lo ha cambiado todo, remontando los márgenes, y volvemos a ser líder del mercado, aunque nos hayan replicado, a pesar de que decían que no era replicable”, señala Gil Pérez.

Aunque sin citarlo, el presidente de Telefónica de España se refería a Vodafone, que movió ficha con su Vodafone Red, lo más parecido en el mercado a una tarifa plana, con llamadas y mensajes de texto (SMS) ilimitados a cualquier número las 24 horas. La marca británica, que también propició un relevo de su consejero delegado, ha sufrido especialmente en España, donde ha planteado un expediente de regulación de empleo para el 20% de su plantilla y ha tenido que ajustar en más de la mitad (13.000 millones de euros) su valor desde que compró Airtel por las depreciaciones.

Con todo, la fuga de abonados no se detuvo. En 2012, la marca de Telefónica perdió 3,1 millones de líneas, y Vodafone, 1,6 millones. En el lado opuesto, los operadores móviles virtuales (OMV), que alquilan la red, ganaron un total de 1,2 millones, Yoigo sumó 493.405 líneas, y Orange, 72.775. “No ha sido un año negro para el móvil. La reducción de líneas se achaca en gran medida a la desaparición de líneas inactivas tanto en prepago como en banda ancha móvil. Para nosotros, 2012 ha sido el mejor año de nuestra historia. Hemos sido líderes en ganancia neta de clientes de pospago y en captación de portabilidad”, dice Thierry Piganeau, director del negocio móvil de Orange.

Telefónica y Vodafone han dejado de ser sujetos pasivos

Hay datos muy esperanzadores para fabricantes y operadores. Para los primeros, la mejor noticia es que, pese a la crisis, la fiebre del smartphone sigue atacando a los españoles, sobre todo a los más jóvenes. El 63,2% de los usuarios de móvil posee uno, una tasa que supera la de Reino Unido (62,3%), Francia (51,4%), Italia (51,2%) y Alemania (48,4%), según el informe La sociedad de la información en España 2012 de la Fundación Telefónica. Los ciudadanos prefieren ahorrar en las tarifas, pero no en el aparato, que nos sirve de presentación social cuando lo ponemos encima de la mesa. Solo un 20% de los usuarios dispone de uno de estos teléfonos desde hace más de tres años. Dos de cada tres ya lo han renovado en alguna ocasión.

Para los operadores, la buena noticia es que la banda ancha móvil no deja de crecer. Si en 2011 el número de líneas activas aumentó un 59%, en 2012 lo hizo en un 68%, y ya superan los 20 millones las líneas asociadas a los datos (22 si se incluyen los datacards).

Para asumir todo ese crecimiento del tráfico será preciso tener listas cuanto antes las nuevas redes de cuarta generación 4G o Long Term Evolution (LTE). Pero todo apunta a que el Gobierno incumplirá su compromiso de adelantar al 1 de enero de 2014 la asignación de frecuencias procedente de las televisiones analógicas (dividendo digital). Los operadores están muy preocupados porque, tras una sentencia del Tribunal Supremo, no saben cuándo dispondrán de la banda de 800 megahercios que va a soportar primordialmente los servicios LTE.

En el plano empresarial también se prevé movimiento. La tan anunciada venta de Yoigo, el cuarto operador español, por su matriz nórdica TeliaSonera, puede hacerse realidad pronto. Descartada Telefónica por motivos de competencia, solo Vodafone y Orange tienen capacidad financiera para emprender esa operación. Lo que estén dispuestos a pagar puede ser un termómetro ideal para saber el estado del sector.

Posiblemente no sea el único movimiento corporativo. Una vez superada la primera fase de lanzamiento, todo apunta que los OMV se consoliden mediante operaciones de fusión y absorción.

Meinrad Spenger, consejero delegado de Masmovil, cree que los OMV también tiene oportunidad de crecer. “El crecimiento de los nuevos operadores como Masmovil ha sido espectacular, dado que los consumidores entienden que ofrecemos la misma calidad de servicio y valoran especialmente en estos tiempos difíciles el ahorro en la factura que les facilitamos”.

Sobre la firma

Archivado En