La subasta de las tiendas de AENA deja en el aire el empleo de 2.300 personas
Sus condiciones laborales son mejores al resto del sector por su antigüedad en la empresa
La subasta que arranca el próximo lunes para adjudicar las tiendas libres de impuestos de los aeropuertos no solo será seguida con mucho interés por las siete empresas que pujarán por los tres lotes que AENA saca a concurso. También las 2.300 personas que actualmente trabajan para World Duty Free (WDF), la antigua Aldeasa, estarán muy pendientes del proceso, ya que no está garantizado su puesto de trabajo.
Para intentar forzar su continuidad, ANCOIN, que es la asociación nacional que agrupa a este tipo de comerciantes, se sumó esta semana al acuerdo estatal del sector y que obliga a sub...
La subasta que arranca el próximo lunes para adjudicar las tiendas libres de impuestos de los aeropuertos no solo será seguida con mucho interés por las siete empresas que pujarán por los tres lotes que AENA saca a concurso. También las 2.300 personas que actualmente trabajan para World Duty Free (WDF), la antigua Aldeasa, estarán muy pendientes del proceso, ya que no está garantizado su puesto de trabajo.
Para intentar forzar su continuidad, ANCOIN, que es la asociación nacional que agrupa a este tipo de comerciantes, se sumó esta semana al acuerdo estatal del sector y que obliga a subrogar a los trabajadores en caso de cambio en la concesión. Aunque esta norma funciona como un convenio colectivo, el problema es que la antigua Aldeasa es la única entre las interesadas en las tiendas de los aeropuertos que lo ha suscrito, lo que deja las manos libres al resto para optar por despedirlos. En ello seguro que pesa el hecho de que sus condiciones laborales son mejores al resto del sector en la medida en que es una plantilla con una media de 10 años en la antigua empresa pública. AENA, por su parte, afirma que valorará el plan para mantener el empleo.
Con la subasta, AENA espera mejorar en un 50% hasta los 250 millones anuales los ingresos por las tiendas libres de impuestos, a las que cobrará un canon de entre el 30% y el 40% sobre sus ventas. No obstante, cumplir este objetivo en los primeros años de la concesión, que arranca el próximo 1 de enero y se podrá prolongar hasta 2020, no se presenta fácil. Con una crisis galopante y una drástica caída en el número de pasajeros y vuelos, resultará complicado mejorar los ingresos desde los 535 millones de 2011.
Para añadir más incertidumbre al futuro de las tiendas de los aeropuertos, el Gobierno tendrá que cambiar la actual legislación sobre el tabaco tras el concurso. Esto es así porque la legislación vigente prohíbe modificar u otorgar nuevas concesiones para dispensar un producto que representa la tercera fuente de sus ingresos.