Goldman Sachs: los bancos españoles deben sanear otros 58.000 millones

La entidad ve con buenos ojos la idea de aislar los activos tóxicos para generar confianza

Es un bucle que parece no tener fin. En febrero pasado, hace solo dos meses, el Gobierno español impuso a los bancos y cajas la obligación de sanear sus balances por valor de 53.000 millones de euros para poner al día el valor de sus activos inmobiliarios. El responsable de la cartera de Economía, Luis de Guindos, aseguró entonces que esas provisiones serían suficientes para limpiar la amenazante sombra del ladrillo. El mercado, sin embargo, no se cree que baste con esa cantidad. Hoy, por ejemplo, Goldman Sachs ha publicado un informe sobre el sector financiero español en el que asegura que lo...

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Es un bucle que parece no tener fin. En febrero pasado, hace solo dos meses, el Gobierno español impuso a los bancos y cajas la obligación de sanear sus balances por valor de 53.000 millones de euros para poner al día el valor de sus activos inmobiliarios. El responsable de la cartera de Economía, Luis de Guindos, aseguró entonces que esas provisiones serían suficientes para limpiar la amenazante sombra del ladrillo. El mercado, sin embargo, no se cree que baste con esa cantidad. Hoy, por ejemplo, Goldman Sachs ha publicado un informe sobre el sector financiero español en el que asegura que los bancos deberán aportar 58.000 millones adicionales.

El banco de inversión estadounidense calcula que harán falta 19.000 millones más relacionados con aquellos activos ya considerados problemáticos y otros 39.000 millones para amortiguar el impacto que tendrá el aumento de la morosidad en la cartera de créditos.

El Gobierno maneja diferentes escenarios para despejar cualquier duda sobre los bancos españoles. Restablecer la confianza en los balances de las entidades parece ser un requisito indispensable para que los bancos vuelva a financiarse en los mercados mayoristas y así pueda volver a fluir el crédito a empresas y familias. Para ello el Ejecutivo de Mariano Rajoy estudia alternativas entre las que se incluye la creación de una especie de banco malo donde aparcar los activos tóxicos de la banca. Goldman Sachs ve con buenos ojos esta iniciativa porque, en su opinión, ayudaría a mejorar la confianza de los inversores en el sector. "En nuestra opinión, un banco inmobiliario podría llegar más lejos que una nueva ronda de recapitalizaciones", dicen.

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