General Motors se queda sin comprador para Saab
El gigante del automóvil en EE UU, que a principios de mes dio marcha atrás antes de vender Opel, ve cómo el fabricante de deportivos Koenigsegg retira su oferta por la marca sueca
Esta vez ha sido General Motors quien se ha quedado compuesto y sin novia, que diría el refrán. El fabricante estadounidense de automóviles, que hace menos de un mes se echó atrás en la venta de Opel a la canadiense Magna, ha visto cómo el fabricante de vehículos superdeprtivos Koenigsegg ha retirado su oferta por la marca sueca Saab, según ha informado este martes la compañía en un comunicado.
En una reacción similar al ...
Esta vez ha sido General Motors quien se ha quedado compuesto y sin novia, que diría el refrán. El fabricante estadounidense de automóviles, que hace menos de un mes se echó atrás en la venta de Opel a la canadiense Magna, ha visto cómo el fabricante de vehículos superdeprtivos Koenigsegg ha retirado su oferta por la marca sueca Saab, según ha informado este martes la compañía en un comunicado.
En una reacción similar al desconcierto que siguió en Europa el anuncio de que GM se quedaba con Opel para aprovechar la marca alemana en su nueva estrategia de producción, el presidente del grupo con sede en Detroit, Fritz Henderson, se ha mostrado "muy decepcionado" con la decisión de Koenigsegg. "Con motivo del repentino cambio de dirección, nos tomaremos los próximos días para analizar la situación y anunciaremos los pasos siguientes durante la semana próxima", ha añadido el máximo responsable de General Motors.
Esta decisión de Koenigsegg se produce después de que ambas empresas alcanzaran, el pasado 18 de agosto, un principio de acuerdo para la venta del 100% de las acciones de Saab, aunque el proceso estaba sujeto a la aprobación de las autoridades y al cierre de algunos flecos pendientes.
Como ocurrió con Opel, receptor de unas ayudas condicionadas a la venta de la marca a Magna y que GM ya está devolviendo a los gobiernos europeos, el Banco Europeo de Inversiones (BEI) aprobó la concesión un crédito por importe de 400 millones de euros al fabricante sueco de automóviles Saab, que sería utilizado para actividades de investigación y desarrollo, así como para la mejora de la eficiencia y de la seguridad.