ABN culmina su difícil aterrizaje en Italia con el control de Antonveneta

La batalla de la entidad holandesa con Popolare Italiana ha terminado por dañar la reputación de independencia del banco central de Italia

ABN Amro ha comunicado hoy que ha llegado a un acuerdo con Pop Italiana, la antigua Banca Popolare di Lodi y con sus aliados para comprarles su participación, del 39,37% en Banca Antonveneta al precio de 3.200 millones de euros. Con este acuerdo se pone fin al durísimo proceso de aterrizaje de la entidad holandesa en el hermético sector bancario italiana.

ABN ha confirmado en un comunicado que después de finalizar esta operación, que implica el pago de 26,50 euros por cada acción de Antonveneta, ostenta ya el 69,28% del banco italiano, y recuerda que ha lanzado una oferta sobre los títu...

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ABN Amro ha comunicado hoy que ha llegado a un acuerdo con Pop Italiana, la antigua Banca Popolare di Lodi y con sus aliados para comprarles su participación, del 39,37% en Banca Antonveneta al precio de 3.200 millones de euros. Con este acuerdo se pone fin al durísimo proceso de aterrizaje de la entidad holandesa en el hermético sector bancario italiana.

ABN ha confirmado en un comunicado que después de finalizar esta operación, que implica el pago de 26,50 euros por cada acción de Antonveneta, ostenta ya el 69,28% del banco italiano, y recuerda que ha lanzado una oferta sobre los títulos restantes por el mismo precio.

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El intento de compra de Antonveneta por parte de ABN le supuso a la entidad holandesa enfrentarse a una dura oposición de diversos sectores empresariales italianos. Llegó además a herir de muerte la reputación del gobernador del Banco de Italia, Antonio Fazio, a quien la prensa sorprendió, mediante grabaciones secretas, dando su apoyo explícito a las maniobras de Popolare Italiana.

Ese apoyo ha causado a su vez un terremoto político en Italia, y desencadenó la pasada semana en la dimisión del ministro italiano de Economía, Siniscalco, ante sus discrepancias con Silvio Berlusconi sobre las medidas a adoptar para forzar a Fazio a abandonar su cargo, que en Italia es vitalicio tras la designación, y que no contempla procedimientos para su remoción.

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