Tribuna:

PSOE, partido de la nueva ciudadanía

La Constitución abre su articulado con la declaración de que "España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores fundamentales de ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político".

Ese reconocimiento del pluralismo político como valor superior del ordenamiento jurídico tiene un importante desarrollo en el artículo 6 de nuestra Norma Fundamental, que otorga una evidente y rotunda relevancia constitucional a los partidos políticos, al establecer que dichas entidades 'expresan el pluralismo político, concurren a ...

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La Constitución abre su articulado con la declaración de que "España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores fundamentales de ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político".

Ese reconocimiento del pluralismo político como valor superior del ordenamiento jurídico tiene un importante desarrollo en el artículo 6 de nuestra Norma Fundamental, que otorga una evidente y rotunda relevancia constitucional a los partidos políticos, al establecer que dichas entidades 'expresan el pluralismo político, concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular y son instrumento fundamental para la participación política',declaración que se completa con el reconocimiento como derecho fundamental el de participación 'en los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes, libremente elegidos en elecciones periódicas por sufragio universal'.

El partido debe abrirse más a la sociedad, abriendo para ello cauces de participación

Pese a que se sigue constatando un notable alejamiento de la ciudadanía hacia la política en general y particularmente hacia las personas que se dedican a la política y a los partidos políticos, creo que los militantes socialistas debemos ser conscientes de ese importante papel que nos corresponde desarrollar en el estado democrático en el que vivimos y convivimos, y hacer un esfuerzo no sólo por ensanchar la democracia interna en nuestra organización, sino también promoviendo una apertura audaz hacia todos los sectores de la sociedad que, proclamándose demócratas, se sienten progresistas, se sienten de izquierdas, y aspiran a lograr una sociedad más justa, digna e igualitaria. Para ello debemos reconocer, en primer lugar, que el Partido Socialista no es una sociedad en la que los afiliados/accionistas son sus propietarios: el Partido Socialista pertenece a todos los ciudadanos.

En segundo lugar, ese reconocimiento de que el Partido Socialista es de los ciudadanos debe completarse y concretarse estableciendo los mecanismos que hagan posible que esa ciudadanía que no es afiliada ni militante socialista pueda hacer viable orgánicamente ese 'sentimiento de pertenencia' y la consiguiente participación. No quiero decir con ello, en absoluto, que deba equipararse el estatus del afiliado socialista al del ciudadano simpatizante, sino que el Partido Socialista, nacido de la sociedad, debe abrirse más a la sociedad abriendo cauces de participación a la ciudadanía.

Los partidos políticos procuramos explicar a la sociedad nuestros proyectos. Pero las personas también tienen sus propios proyectos, individual o agrupadamente considerados. Tenemos que conocerlos, analizarlos, estudiarlos. No basta con formular una serie de ideas y proyectos, sino también hacerlos coincidir con las de los ciudadanos, dando respuesta a sus inquietudes, problemas, desvelos y proyectos. El Partido Socialista debe caminar en paralelo con la sociedad. Es parte importante de la sociedad. Nació de ella.

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El próximo Congreso del PSOE, debe ser el Congreso que restablezca la confianza entre el Partido Socialista y todas las mujeres y hombres progresistas de España. El que ponga en marcha mecanismos de participación ciudadana en su seno. El que consagre la idea de que el partido no pertenece a sus afiliados, sino a la sociedad. Y todo ello, con un proyecto de construcción social, de reivindicación de los derechos sociales, de la igualdad, de la dignidad humana, del progreso social, de reivindicación de la política frente a los poderes económicos. Por un proyecto que sepa decir a los ciudadanos que, a pesar de la crisis económica, no se puede aceptar todo. Que los ciudadanos debemos saber superar el miedo. Porque el miedo paraliza y eso lo saben muy bien los poderes económicos. Que los mercados no pueden, nunca más, decidir sobre los derechos políticos y sociales de los ciudadanos.

Rafaela Romero Pozo es portavoz del Grupo Juntero Socialista en las Juntas Generales de Gipuzkoa.

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