El príncipe Nayef, un halcón entre los halcones saudíes

El actual ministro del Interior sucede a su hermano Sultán como heredero

Es la primera vez que Arabia Saudí se enfrenta a la muerte de un príncipe heredero. Por primera vez también, existe el Consejo de Lealtad que creó el rey Abdalá para consultar a la familia sobre la sucesión. Sin embargo, todo apunta a que al fallecido Sultán va a reemplazarle su hermano Nayef, el poderoso y conservador ministro del Interior. Sultán, que murió el pasado sábado en Nueva York, fue enterrado ayer.

Nayef no es solo uno de los príncipes más veteranos y activos entre los hijos de Abdelaziz ibn Saud, el fundador del reino, sino que ya ha estado al frente del país durante la au...

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Es la primera vez que Arabia Saudí se enfrenta a la muerte de un príncipe heredero. Por primera vez también, existe el Consejo de Lealtad que creó el rey Abdalá para consultar a la familia sobre la sucesión. Sin embargo, todo apunta a que al fallecido Sultán va a reemplazarle su hermano Nayef, el poderoso y conservador ministro del Interior. Sultán, que murió el pasado sábado en Nueva York, fue enterrado ayer.

Nayef no es solo uno de los príncipes más veteranos y activos entre los hijos de Abdelaziz ibn Saud, el fundador del reino, sino que ya ha estado al frente del país durante la ausencia del monarca y del heredero por razones de salud. Su pronta designación proyectará la imagen de estabilidad tan deseada por los saudíes en medio de la agitación regional y, pese a los temores, es improbable que se traduzca en un cambio significativo de política.

Nayef, que según su biografía oficial nació en Taef en 1933 y solo es hermano por parte de padre del actual rey, está considerado conservador incluso para los ya conservadores estándares saudíes. Esa imagen tiene tanto que ver con sus lazos con la secta wahabí (que hace una de las interpretaciones más rigoristas del islam suní), como con su desempeño al frente del Ministerio del Interior, adonde llegó en 1975, tras cinco años como viceministro y 17 como gobernador de Riad.

Sus simpatías wahabíes quedaron en evidencia en los atentados del 11 de septiembre de 2001, 15 de cuyos 19 autores materiales fueron saudíes. Negó que en Arabia Saudí hubiera seguidores de Osama bin Laden. Un año después, aún los atribuía en público a una conspiración sionista. Tuvo que llegar el 12 de mayo de 2003 -el llamado 11-S saudí-, en el que tres atentados simultáneos dejaron 35 muertos en Riad, para que el príncipe Nayef y muchos de sus conciudadanos despertaran al peligro del radicalismo islámico.

De hecho, desde entonces ha estado al frente de la lucha contra Al Qaeda. Hace dos años, uno de sus hijos y actual viceministro del Interior, el príncipe Mohamed, se salvó por poco de un intento de asesinato llevado a cabo por un terrorista suicida procedente de Yemen, donde ha encontrado refugio la rama local de Al Qaeda.

El previsible heredero se alinea con el sector más inmovilista de la familia real. Saudíes liberales han expresado el temor de que anule algunas de las tímidas reformas emprendidas por Abdalá. Parece improbable. Con 78 años, si llega a rey, tal vez frene las reformas, pero no dejará de ser un monarca de transición, a la espera de que el testigo de la corona pase a una nueva generación de príncipes.

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El príncipe Nayef, en el funeral de su hermano Sultán.EFE

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