EE UU exige explicaciones sobre la plataforma de Repsol en Cuba

Algunos congresistas critican las "relaciones" de la empresa con el régimen castrista

Una plataforma petrolífera construida por una empresa italiana en China, y contratada por la firma energética española Repsol para sus perforaciones en la costa norte de Cuba, ha provocado la alarma del Congreso norteamericano, que hoy, en una audiencia pública, interrogará a representantes de la Casa Blanca sobre los planes de reacción en el supuesto de que se produzca un vertido como el que asoló el golfo de México en 2009. Repsol, por su parte, ha ofrecido su cooperación al Gobierno de Estados Unidos, comprometiéndose a permitir que sus inspectores examinen la plataforma antes de que llegue...

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Una plataforma petrolífera construida por una empresa italiana en China, y contratada por la firma energética española Repsol para sus perforaciones en la costa norte de Cuba, ha provocado la alarma del Congreso norteamericano, que hoy, en una audiencia pública, interrogará a representantes de la Casa Blanca sobre los planes de reacción en el supuesto de que se produzca un vertido como el que asoló el golfo de México en 2009. Repsol, por su parte, ha ofrecido su cooperación al Gobierno de Estados Unidos, comprometiéndose a permitir que sus inspectores examinen la plataforma antes de que llegue a aguas cubanas.

Cuba ha vendido a empresas extranjeras los derechos de explorar su costa norte, donde sus autoridades calculan que hay el equivalente a unos 5.000 millones de barriles de crudo. El proyecto de Repsol, en el yacimiento de Jagüey, se halla solo a 80 kilómetros de Key West, que es suelo estadounidense. El hecho de que no haya relaciones diplomáticas entre Washington y La Habana ha provocado que el Comité de Energía y Recursos Naturales del Senado pida hoy a la Casa Blanca que explique cómo prevendría un vertido de las dimensiones del de hace dos años, que contaminó el océano con 4,9 millones de barriles de petróleo.

Según fuentes conocedoras del acuerdo, el Gobierno ha contado con la cooperación de Repsol, para que la plataforma efectúe perforaciones al norte de La Habana, a unos 1.700 metros de profundidad. La estructura, bautizada como Scarabeo 9, ha sido fabricada por la empresa italiana Saipem. Se prevé que llegue a Cuba a finales de diciembre.

"Hemos colaborado con las autoridades norteamericanas, les hemos hecho partícipes de todos los plazos respecto a la prospección en Cuba", explicó ayer Kristian Rix, un portavoz de Repsol. En una visita a Madrid en junio, el secretario (ministro) del Interior norteamericano, Ken Salazar, dijo que recibió garantías de que la perforación estaría sujeta a las normas de seguridad que se aplican en EE UU.

Eso no ha aplacado a algunos congresistas conservadores. En el Capitolio hay dos tipos de propuestas legislativas sobre los nuevos negocios petrolíferos de Cuba. Algunos legisladores piden al Ejecutivo que elimine partes del embargo para facilitar que los inspectores puedan viajar a aguas cubanas. Otros congresistas, procedentes en su mayoría de Florida, critican a Repsol por hacer negocios con un enemigo de EE UU.

"El decadente régimen de Cuba está buscando un salvavidas económico, y parece que ha encontrado un aliado servicial cuando Repsol ha acudido a su rescate", dijo el pasado 28 de septiembre la presidenta del Comité de Asuntos Internacionales de la Cámara de Representantes, la republicana Ileana Ros-Lehtinen. "Las relaciones de Repsol con la tiranía de La Habana ayudarán, sin duda, al régimen". El día anterior, 36 congresistas le escribieron al presidente de Repsol, Antoni Brufau, para que acabara con sus planes de perforar las costas cubanas.

La plataforma Scarabeo 9 a su paso por Singapur desde China camino de Cuba.REUTERS

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