La 'mininoche en blanco' de las galerías de Madrid
Los miembros de ArteMadrid inauguran juntos la nueva temporada
Las galerías madrileñas celebraron ayer su vuelta al cole con una inauguración colectiva que se prolongó hasta pasadas las diez de la noche y que concluirá el sábado con un brunch para quienes visiten sus locales. Los 47 espacios expositivos que forman parte de ArteMadrid festejaron un año más el inicio de la temporada con una jornada de puertas abiertas cuyo objetivo es ganar visibilidad y crear una nueva cita en el calendario artístico para los aficionados pero, sobre todo, para los coleccionistas.
A las ocho de la tarde, el ambiente era tranquilo en la galería Nieves Fernández...
Las galerías madrileñas celebraron ayer su vuelta al cole con una inauguración colectiva que se prolongó hasta pasadas las diez de la noche y que concluirá el sábado con un brunch para quienes visiten sus locales. Los 47 espacios expositivos que forman parte de ArteMadrid festejaron un año más el inicio de la temporada con una jornada de puertas abiertas cuyo objetivo es ganar visibilidad y crear una nueva cita en el calendario artístico para los aficionados pero, sobre todo, para los coleccionistas.
A las ocho de la tarde, el ambiente era tranquilo en la galería Nieves Fernández (Monte Esquinza, 25) y reinaba la observación silenciosa entre amantes del arte como Manuel Prats, que acudió con su mujer y su hijo, a ver los trazos de grafito del artista canario Julio Blancas. "Las galerías madrileñas traen a gente muy buena pero no son accesibles a todo el mundo porque hay un miedo a lo desconocido", señalaba Prats. Apenas a una manzana, la galería Marlborough bullía y sus dos exposiciones fueron de las más visitadas de la noche: cientos de personas se congregaron para ver la obra de Pablo Arresto compuesta por fibra óptica, neones de color y aluminio lacado, y las pinturas en gel fluorescente de Carlos Franco. Entre el público, Carolina Franco, su hija, destacaba la exposición de su padre como "la mejor de su trayectoria" y reconocía el cambio entre ver los lienzos en casa a verlos sobre las paredes blancas de la galería. "En el taller no aprecias la luz pero aquí sí. Me encanta".
Pedro Almodóvar y Bibiana Fernández vieron los carteles de Gatti en La Fresh
Belén Herrera Ottino, directora gráfica del espacio, hizo hincapié en que hay que ver la crisis como una oportunidad para la venta de obras de arte, un valor que considera "más seguro" que otros. Las ventas, sin embargo, siguen siendo una de las preocupaciones de los galeristas, que desechan el tópico de que el arte es caro e inciden en que hay precios para todos los bolsillos. Jairo Macías acudió ayer a ver la muestra del pintor y cineasta Julian Schnabel y de Jorge Galindo en Soledad Lorenzo. Macías, expropietario de una galería que tuvo que cerrar por falta de ventas, defiende la necesidad de iniciativas como esta para que el público se involucre: "Solo de subvenciones y ayudas institucionales no se puede vivir".
Uno de los logros del evento es la consolidación de un circuito de galerías dividido en tres zonas: el barrio de Salamanca, el entorno del Museo Reina Sofía y las inmediaciones de Chueca y Alonso Martínez.
Pero no solo los integrantes de ArteMadrid abrieron sus puertas hasta las diez de la noche. Topacio, la galerista de La Fresh, vivió ayer una frenética noche. Pedro Almodóvar, Paco León, la pareja formada por Dunia Ayaso y Félix Sabroso, Alberto Iglesias o Bibiana Fernández fueron algunos de los asistentes a la inauguración de la muestra de Juan Gatti (creador de los carteles de Hable con ella o La mala educación) que vendió todos sus cuadros. Topacio, que abrió su espacio en diciembre de 2008, reivindica más ayudas y menos barreras para los galeristas que están empezando y defiende, por encima de todo, la calidad del artista. "Me costó tres años conseguir a Gatti", asevera y recomienda "pensar más en lo que quiere el público". Rechaza, además, que su sótano en la calle del Conde de Aranda sea un espacio expositivo: "Es una fiesta, un lugar de encuentro de la cultura relajado y distendido". Mientras en La Fresh recogían y apartaban botellas vacías de champán, la tertulia seguía en la cercana Parra & Romero en torno a una copa de vino.