Análisis:EL ACENTO

Ni peso ni tintas

El estallido de los teléfonos inteligentes y de las tabletas está generando en todo el mundo nuevas formas de consumir información. Hubo tiempos, todavía no definitivamente desaparecidos e inmortalizados en jugosos chistes en los propios periódicos, en que estos hacían una oferta tan apabullante los fines de semana que la compra de un solo ejemplar, vendido conjuntamente con profusión de suplementos y catálogos publicitarios, era de difícil manejo además de una carga notable.

Se podría decir que, en sentido inverso, los avances tecnológicos pelean ahora por batir récords de livia...

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El estallido de los teléfonos inteligentes y de las tabletas está generando en todo el mundo nuevas formas de consumir información. Hubo tiempos, todavía no definitivamente desaparecidos e inmortalizados en jugosos chistes en los propios periódicos, en que estos hacían una oferta tan apabullante los fines de semana que la compra de un solo ejemplar, vendido conjuntamente con profusión de suplementos y catálogos publicitarios, era de difícil manejo además de una carga notable.

Se podría decir que, en sentido inverso, los avances tecnológicos pelean ahora por batir récords de liviandad. Los ordenadores y las pantallas se han ido jibarizando y han nacido nuevos dispositivos, casi de bolsillo, capaces de ofrecer una ingente cantidad de datos.

Hace tiempo que un voluminoso periódico puede consultarse en uno de estos dispositivos sin que el peso y el tamaño del papel adquirido nos rompa la espalda. La novedad es ahora acceder a un auténtico quiosco de prensa desde uno de esos aparatos fáciles de transportar y sencillos de conectar.

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Para aquellos que exigen o necesitan un producto con alguna de las características de los periódicos en papel aparece Kiosko y Más, un proyecto en el que está el grupo editor de este periódico, PRISA, junto con otros relevantes conglomerados mediáticos. Si alguien pensó alguna vez que la competencia impediría aventuras como esta, es conveniente que vaya revisando sus prejuicios. La tecnología manda. La sensatez, también. Si en los quioscos conviven cabeceras dispares, ¿por qué no lo iban a hacer en el mundo digital? El resultado: 30 diarios y 60 revistas en un solo paquete.

No deja de ser curioso que se haya optado por lo último en informática (con sus fascinantes posibilidades) y por lo clásico en cuanto a diseño, que conserva las jerarquías del papel y también sus contenidos.

Porque parece obvio que a muchos lectores les siguen interesando mucho los periódicos de siempre, sin que por ello tengan que mancharse los dedos de tinta examinando la primera página u hojeando todo el ejemplar.

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