Análisis:TOUR 2011 | Décima etapa

Mecánica y técnica de pedaleo

Desde su invención por el alemán von Drais en 1817, las bicicletas no han dejado de evolucionar. Ha sido una evolución para conseguir que el pisotón en el pedal pase íntegro a mover la rueda, esto es, conseguir la mayor eficacia posible. Las calas automáticas y las suelas rígidas han mejorado la aplicación de la fuerza en el pedal. Han ayudado también la rigidez de cuadro y llanta, así como una buena transmisión a través de plato, cadena y piñones.

Pero, sin duda, el punto que más retos mecánicos plantea es cómo transformar el movimiento de pistón de las piernas en movimiento circular s...

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Desde su invención por el alemán von Drais en 1817, las bicicletas no han dejado de evolucionar. Ha sido una evolución para conseguir que el pisotón en el pedal pase íntegro a mover la rueda, esto es, conseguir la mayor eficacia posible. Las calas automáticas y las suelas rígidas han mejorado la aplicación de la fuerza en el pedal. Han ayudado también la rigidez de cuadro y llanta, así como una buena transmisión a través de plato, cadena y piñones.

Pero, sin duda, el punto que más retos mecánicos plantea es cómo transformar el movimiento de pistón de las piernas en movimiento circular sin que se pierdan fuerzas. Para ello hay que reducir el tiempo en el que el pedal está en el punto más alto o en el punto más bajo de la pedalada. Estos son los puntos muertos donde el pisotón no produce fuerza rotatoria (par) sino que se transmite a lo largo de la biela para tan solo deformar el eje del pedalier.

Para unos científicos, la recuperación de la pedalada no debería ser pasiva

En 1997, en el polígono industrial de Ajalvir (Madrid), Pablo Carrasco, un ingeniero formado en la Complutense, y su socio Ignacio Estellés estaban produciendo el Rotor, un pedalier que conseguía que en lo más alto de la pedalada la biela se adelantase unos 18 grados respecto de la otra, evitando de este modo el punto muerto. La idea es buena, pero requiere de un periodo de adaptación al nuevo tipo de pedaleo saltatorio.

Ahora, Rotor ha sacado un plato ovalado. El invento no parece novedoso, pues en 1983 Shimano ya vendía un plato ovalado. El Biopace, que así lo bautizaron, hacía que el pedal no se pusiese tan duro cuando la biela estaba paralela al suelo, que es el punto de máximo par. Era un plato para cicloturistas sin anhelos competitivos. El plato oval de los de Rotor hace todo lo contrario y es para competición.

Hay científicos que defienden que no hay que cambiar nada en la mecánica de la bicicleta sino en la mecánica del pedaleo. Sostienen que la recuperación de la pedalada no debería ser pasiva, sino que hay que tirar del pie que vuelve. Esto se entrena pedaleando con una sola pierna, aunque no aconsejo a nadie que lo pruebe en la carretera.

Quizás esto sea interesante para el escalador, pues cuando la carretera se empina, se levanta de la bici y adelanta el cuerpo, tirando sin duda del pedal que se recupera. Mecánica y técnica del pedaleo han avanzado, pero en mi opinión explican un pequeño porcentaje de las mejoras espectaculares en el rendimiento de los ciclistas profesionales en los últimos 10 años

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