Análisis:EL ACENTO

Tensiones donostiarras

Puede que la elección de San Sebastián como capital cultural para 2016 sea la mejor medicina para frenar la violencia, como ha expresado el jurado que la distinguió. Lo que es seguro es que dicha designación ha sido la mejor muestra de una cultura, la española, que sigue apegada a la refriega altisonante. Si la ciudad donostiarra hubiera tumbado a otra, pongamos, de Francia o Rumanía, todos habrían brindado contentos por el éxito obtenido. Pero en este caso otras villas hispanas (Córdoba, Segovia, Burgos, Las Palmas y Zaragoza) quedaban desairadas, de modo que la bronca estaba servida. ...

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Puede que la elección de San Sebastián como capital cultural para 2016 sea la mejor medicina para frenar la violencia, como ha expresado el jurado que la distinguió. Lo que es seguro es que dicha designación ha sido la mejor muestra de una cultura, la española, que sigue apegada a la refriega altisonante. Si la ciudad donostiarra hubiera tumbado a otra, pongamos, de Francia o Rumanía, todos habrían brindado contentos por el éxito obtenido. Pero en este caso otras villas hispanas (Córdoba, Segovia, Burgos, Las Palmas y Zaragoza) quedaban desairadas, de modo que la bronca estaba servida. La abrió una ministra socialista, Rosa Aguilar, la misma que abandonó la alcaldía de Córdoba para incorporarse a la Junta de Andalucía. Dijo que elegir San Sebastián era "un grave error". Se sumó otro socialista, Juan Alberto Belloch, alcalde de Zaragoza, que tildó de disparate el fallo del jurado, añadió que "un Gobierno municipal presidido por Bildu no merece ser Capital Europea de la Cultura" y ha pedido que se repita la evaluación. Dirigentes del PP mostraron su desilusión y su desconfianza hacia Bildu e, iniciada la espiral, el presidente del PNV, Íñigo Urkullu, respondió que es "rastrero" el intento de enturbiar el éxito de la capital guipuzcoana.

Los estudiosos de las costumbres locales tienen materia prima suficiente para analizar un fenómeno que quizá no sea exclusivo, pero sí definitorio de las esencias patrias. En tromba han tenido que salir políticos de todos los colores para reducir la tensión. Antonio Basagoiti, presidente del PP del País Vasco, el Gobierno (no se sabe si con Aguilar o sin ella), las instituciones vascas y el flamante alcalde de la ciudad, Juan Carlos Izagirre, de Bildu, han defendido una elección tras la que lo único esperable era una fiesta.

Quizá lo que sobró desde el principio fue esa alusión a la violencia en una ciudad que dispone de abundante oferta cultural desde hace décadas. Pero como no hay mal que por bien no venga, el proyecto ganador donostiarra, cuyo lema es Ola de energía ciudadana, ya ha arrancado a Izagirre el mejor de los propósitos: "Esta elección demuestra que aparcando diferencias se pueden hacer las cosas muy bien". San Sebastián lleva muchos años demostrándolo.

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