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CatalunyaCaixa contacta con inversores privados para conocer su valoración

La caja pedirá más dinero al FROB, pero quiere devolverlo antes de dos años

CatalunyaCaixa no quiere dejar de tomar el pulso a los inversores privados para saber cómo valoran la entidad. La caja catalana ha contratado al banco de inversión Goldman Sachs para que le presente una decena de inversores privados interesados en conocer sus estados contables y ya tiene una primera cita en su agenda para esta semana.

CatalunyaCaixa se une a las presentaciones que están haciendo otros competidores que buscan el ahorro privado para salir a Bolsa y evitar que se siente el Estado en el consejo de administración. Sin embargo, la caja catalana no ha cambiado de estrategia. S...

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CatalunyaCaixa no quiere dejar de tomar el pulso a los inversores privados para saber cómo valoran la entidad. La caja catalana ha contratado al banco de inversión Goldman Sachs para que le presente una decena de inversores privados interesados en conocer sus estados contables y ya tiene una primera cita en su agenda para esta semana.

CatalunyaCaixa se une a las presentaciones que están haciendo otros competidores que buscan el ahorro privado para salir a Bolsa y evitar que se siente el Estado en el consejo de administración. Sin embargo, la caja catalana no ha cambiado de estrategia. Su intención es acudir al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). CatalunyaCaixa recibió 1.200 millones en participaciones preferentes y tiene pendientes otros 1.720 millones más, que pueden llegar en acciones y en participaciones preferentes. Dependiendo de la valoración que el FROB haga de la caja, las ayudas podrían superar el 50% de las acciones del banco donde tiene todo el negocio financiero.

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Los planes de la entidad son intentar devolver el fondo de rescate antes de los dos años de plazo estipulado. En ese proceso entran los inversores privados, y en la caja se cree que no es fácil ni rápido encontrarlos. Por eso han iniciado estas conversaciones con tanta antelación y están convencidos de que los fondos privados valorarán que el proceso de fusión entre Caixa Catalunya, Tarragona y Manresa está terminado en cuanto a la plataforma informática, la reducción de plantilla (1.600 trabajadores) y el cierre de oficinas (el objetivo es 350, pero podrían llegar a 390).

Hasta marzo, ha ganado 123,5 millones gracias a la venta del 1,63% de Repsol. Sin esta operación, el resultado caería un 5,2%.

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