El penúltimo recurso de la justicia

José Yoldi, con su habitual maestría, publicaba en uno de sus interesantes artículos, titulado La sacarina de la esperanza, y que con el antetítulo El último recurso, glosaba la digitalización de los sumarios, al menos en la Audiencia Nacional, con las presumibles ventajas de convertir dicho Tribunal en un órgano sin papel "que según los expertos es la principal causa de los retrasos en la justicia".

Por supuesto que ello constituye un importante avance que mejorará, sin duda, el funcionamiento de la justicia en dicha Audiencia. No obstante, hay un problema derivado no del...

José Yoldi, con su habitual maestría, publicaba en uno de sus interesantes artículos, titulado La sacarina de la esperanza, y que con el antetítulo El último recurso, glosaba la digitalización de los sumarios, al menos en la Audiencia Nacional, con las presumibles ventajas de convertir dicho Tribunal en un órgano sin papel "que según los expertos es la principal causa de los retrasos en la justicia".

Por supuesto que ello constituye un importante avance que mejorará, sin duda, el funcionamiento de la justicia en dicha Audiencia. No obstante, hay un problema derivado no del papel sino de la aplicación del principio de oralidad, tan querido por los procesalistas y proclamado por nuestra Constitución en su Art. 120.2 y que vuelve a reivindicarse de nuevo. Pues bien, como consecuencia de ello, los retrasos en las celebraciones de vistas en los Juzgados de lo Contencioso de Madrid no son de tres años, sino ya de cinco y van en aumento. ¿De qué sirve, por tanto, "el último recurso" de la digitalización si no se resuelve "el penúltimo" de los desmesurados y crecientes retrasos como el citado? ¿Quién le pone el cascabel al gato de las dilaciones?