Las consecuencias de un acuerdo histórico

CiU siembra la alarma al declarar que no puede pagar a los funcionarios

El Gobierno catalán corrige al portavoz de su grupo para evitar más desconfianza

El Gobierno catalán de Convergència i Unió sufrió ayer un nuevo patinazo en materia de comunicación, que derivó en un importante susto a los funcionarios de la Generalitat. El Ejecutivo de Artur Mas tuvo que salir al paso de unas declaraciones del principal hombre de confianza del presidente en su propio partido, Oriol Pujol, quien afirmó sin ambages que la Generalitat "prácticamente no puede pagar las nóminas" por encontrarse en una situación financiera "dramática". Apenas tres horas después de decirlo, el Gobierno catalán corrigió a Pujol al asegurar que "los funcionarios pueden estar tranqu...

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El Gobierno catalán de Convergència i Unió sufrió ayer un nuevo patinazo en materia de comunicación, que derivó en un importante susto a los funcionarios de la Generalitat. El Ejecutivo de Artur Mas tuvo que salir al paso de unas declaraciones del principal hombre de confianza del presidente en su propio partido, Oriol Pujol, quien afirmó sin ambages que la Generalitat "prácticamente no puede pagar las nóminas" por encontrarse en una situación financiera "dramática". Apenas tres horas después de decirlo, el Gobierno catalán corrigió a Pujol al asegurar que "los funcionarios pueden estar tranquilos" y que las nóminas se seguirán pagando.

Pujol, en una entrevista en Com Ràdio, hizo un análisis extremadamente crudo de la situación económica del Gobierno catalán en línea con el tono utilizado por CiU las últimas semanas. Pero además de repetir que es necesario ajustarse el cinturón, añadió varias coletillas alarmistas. "A ver si hablamos claro, prácticamente no se pueden pagar las nóminas de la Generalitat. Ya sé que el Gobierno en esto debe ser más prudente, yo no tengo por qué ser tan prudente", dijo y subrayó que durante la etapa del Gobierno tripartito hubo un "festival de pagar sueldos a tutti quanti". Pujol también puso a Artur Mas como ejemplo a seguir al haber viajado el pasado lunes a Madrid en clase turista. Dijo que era un gesto para lanzar un "mensaje de austeridad" y porque "estamos jodidos".

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"Preferimos atribuir las declaraciones al desconocimiento", aseguran en el PSC
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El tono de Pujol, número dos de Artur Mas en Convergència, choca radicalmente con el empleado los últimos días por el consejero de Economía, Andreu Mas-Colell, que busca infundir cierta confianza en los acreedores de la Generalitat y en los mercados internacionales. Mas-Colell asegura que las nóminas de la Generalitat no corren riesgo a corto plazo y mantiene que la situación de tesorería no es especialmente alarmante. Con ello busca combatir mensajes, como el lanzado ayer en un artículo en el diario Financial Times, que aseguraba que el déficit de la Generalitat amenazaba el conjunto de España. El portavoz del Gobierno, Francesc Homs, se remitió al discurso de Mas-Colell para fijar la posición oficial.

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La oposición sí cargó duramente contra Pujol por unas declaraciones que los partidos juzgaron, de forma unánime, como "alarmistas". "Preferimos atribuir estas declaraciones al desconocimiento. No ayudan a generar el clima de confianza que necesita generar la economía catalana", lamentó la portavoz adjunta del PSC, Laia Bonet. Enric Millo, portavoz del PP, le reprochó que no aportara datos a sus acusaciones: "Es falta de rigor y una irresponsabilidad", dijo. A las críticas de Millo, Dolors Camats, de ICV, añadió que la Generalitat debería haber presentado primero en el Parlamento el plan de viabilidad.

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