Una medida de último recurso

La situación de un menor es una cuestión de orden público. Todas las instituciones están obligadas a actuar en aquellos casos en los que haya un menor en situación de abandono, riesgo o desprotección. Si hay indicios de ello, los servicios sociales de las comunidades ofrecen apoyo. Las medidas pueden llegar a la retirada de la custodia, como en el caso de la menor obligada a prostituirse en Arroyo de San Serván.

¿Cómo se inicia la rueda? "Cualquiera que tenga conocimiento de que un menor está en condición de indefensión debe informar a la Fiscalía de Menores", explica Ángela Cerrillos, ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La situación de un menor es una cuestión de orden público. Todas las instituciones están obligadas a actuar en aquellos casos en los que haya un menor en situación de abandono, riesgo o desprotección. Si hay indicios de ello, los servicios sociales de las comunidades ofrecen apoyo. Las medidas pueden llegar a la retirada de la custodia, como en el caso de la menor obligada a prostituirse en Arroyo de San Serván.

¿Cómo se inicia la rueda? "Cualquiera que tenga conocimiento de que un menor está en condición de indefensión debe informar a la Fiscalía de Menores", explica Ángela Cerrillos, presidenta de la asociación de mujeres juristas Themis. Si hay indicios de eso, la Fiscalía está obligada a actuar. También puede hacerlo a instancias propias, es decir, de oficio. "Entre las medidas de protección del menor se incluye la retirada de su custodia a los padres por no haber podido, querido o sabido cuidar con suficiente diligencia al menor", dice Cerrillos. Tanto por acción como por omisión.

Más información

Para impedir las situaciones de riesgo de un menor, las instituciones actúan por dos vías, explica el abogado José Luis Cembrano Reder, experto en Derecho de Familia: a instancias de los padres, que se sienten incapaces de cumplir sus deberes, "en cuyo caso se les ofrecerá ayuda y apoyo". O bien, a instancias de los propios servicios sociales de la comunidad que, en contra de la voluntad de los padres, deciden que lo mejor es retirarles la tutela del menor porque consideran que está en situación de abandono. "Abandono se considera el desinterés total del menor. Cuando este está desasistido o no cumple con sus obligaciones, por ejemplo, ausencias reiteradas del colegio, situaciones de desaseo, de predelincuencia...", explica Cembrano.

La retirada de la custodia no es permanente; se revisa cada cierto tiempo. Una vez que los padres no tienen la tutela del menor, el juez puede otorgársela a un familiar que pueda hacerse cargo de él con diligencia. Si no, puede pasar a un centro o a una familia de acogida.

Sobre la firma