El impacto de la huelga

El 70% de los pasajeros de Girona sin vuelo el sábado cancela el viaje

La policía cedió una cama a una pasajera y su hijo; "fueron muy generosos"

Lluís Muntada, de 48 años, y María José Linares, de 45, esperan su avión que ha de salir a las 15.45 horas a Venecia. La pareja ha ideado un puente romántico de la Constitución. "Nos ha salvado el trabajo", admiten. Ellos han de salir de puente el domingo. Si no hubiesen tenido obligaciones laborales, habrían comprado el billete el viernes y se habrían quedado sin poder volar debido a la huelga de controladores. El aeropuerto de Vilobí d'Onyar, en Girona, estuvo colapsado desde el viernes por la noche hasta ayer a primera hora de la mañana.

El domingo empezaron a salir los primeros avio...

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Lluís Muntada, de 48 años, y María José Linares, de 45, esperan su avión que ha de salir a las 15.45 horas a Venecia. La pareja ha ideado un puente romántico de la Constitución. "Nos ha salvado el trabajo", admiten. Ellos han de salir de puente el domingo. Si no hubiesen tenido obligaciones laborales, habrían comprado el billete el viernes y se habrían quedado sin poder volar debido a la huelga de controladores. El aeropuerto de Vilobí d'Onyar, en Girona, estuvo colapsado desde el viernes por la noche hasta ayer a primera hora de la mañana.

El domingo empezaron a salir los primeros aviones, todos operados por Ryanair. La compañía canceló las 56 operaciones previstas el sábado. No le quedó otra opción, según explicaron los trabajadores de la empresa irlandesa. A pesar de que a media tarde del sábado los controladores habían vuelto a sus sitios, buena parte de las aeronaves ya no habían podido aterrizar en Girona desde otros aeropuertos y, por tanto, no podían despegar hacia nuevos destinos.

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Los cálculos de la empresa apuntan a que el 70% de las personas que tenían previsto volar el sábado cancelaron sus viajes. El otro 30% lo reprogramó. La clave está en que la mayoría de esas personas obtuvieron plaza en un vuelo el lunes o incluso el martes, lo que supone fastidiar buena parte del puente. "Por eso han preferido que se les devuelva el dinero", aclaró ayer una empleada de Ryanair, la única compañía que opera desde Girona.

Ayer se operaron desde esa ciudad 51 vuelos, la mitad de llegada y la mitad de salida. No se pusieron más aviones extra a pesar de la crisis aérea. Valeria Iacobelli, de 46 años, tenía previsto salir dirección a Estocolmo en el vuelo de las 19.30. Ella y su hijo de siete años llevaban desde el viernes en el aeropuerto gerundense, esperando un aparato que les devolviese a su hogar tras tres días en de vacaciones en Girona. Fueron afortunados de encontrar dos plazas libres.

"Suerte de esto", se alegró la mujer, en referencia a su portátil desde el que su hijo Love podía ver dibujos animados. Con los pies apoyados en una maleta azul recordaba su experiencia: "El viernes llegamos a subir al avión y al final nos hicieron bajar. Yo no podía costearme un hotel porque había venido por tres días a casa de unos amigos en Barcelona y tampoco podía volver con ellos porque se han ido de vacaciones". Al final la policía aeroportuaria les cedió una cama en una de sus salas para pasar la noche. "Fueron muy generosos con nosotros".

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