La red de Al Qaeda en Barcelona compró pasaportes a carteristas

La red de apoyo logístico a Al Qaeda desarticulada en Barcelona buscó recursos en el eslabón más bajo de la cadena delictiva: los carteristas del Raval. Los siete detenidos el martes por el Cuerpo Nacional de Policía (CNP) tenían como misión nutrir de pasaportes a un grupo criminal asentado en Tailandia que encargaba los documentos, los falsificaba y, al final, los ponía en manos de terroristas de medio mundo.

Para no situar el foco policial sobre sus cabezas en caso de ser pillados en pleno hurto, los arrestados compraban la mayor parte de esos documentos a descuideros habituales del c...

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La red de apoyo logístico a Al Qaeda desarticulada en Barcelona buscó recursos en el eslabón más bajo de la cadena delictiva: los carteristas del Raval. Los siete detenidos el martes por el Cuerpo Nacional de Policía (CNP) tenían como misión nutrir de pasaportes a un grupo criminal asentado en Tailandia que encargaba los documentos, los falsificaba y, al final, los ponía en manos de terroristas de medio mundo.

Para no situar el foco policial sobre sus cabezas en caso de ser pillados en pleno hurto, los arrestados compraban la mayor parte de esos documentos a descuideros habituales del casco antiguo. A los carteristas, uno de los mayores problemas de seguridad de Barcelona por el daño que causan en la imagen de la ciudad, les interesa solo el dinero. De modo que, cuando birlan el bolso a un extranjero, guardan los billetes e intentan colocar los documentos, a cambio de una pequeña cantidad, a otros que sepan sacarles partido.

El grupo de apoyo a los terroristas recibía los encargos desde Tailandia

Los delincuentes se comunican bien en las calles estrechas y oscuras del Raval. Los carteristas sabían de unos chicos paquistaníes que compraban los pasaportes a buen precio. Estos los enviaban, mediante servicios de paquetería internacional, al grupo de Tailandia, que controlaba la estructura de falsificación en varios países europeos y encargaba pasaportes con ciertos requisitos de edad y nacionalidad.

La policía considera que la operación, que culminó con siete arrestados en Barcelona y Badalona (seis paquistaníes y un nigeriano) y tres más en el país asiático, supone un duro golpe para Al Qaeda. Gracias a los documentos falsificados, los terroristas pueden cruzar fronteras de forma impune y gozan, por tanto, de más facilidad para cometer atentados. Uno de los pasaportes, de hecho, fue usado en la masacre de Bombay en 2008, en la que murieron 106 personas.

La policía precipitó la operación el martes al saber que uno de los arrestados llevaba ocultos, en una bolsa de deporte con camisas, nueve pasaportes falsos. Otros dos individuos que compartían piso con estos también fueron detenidos, aunque solo están en situación irregular en España.

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Los arrestados, jóvenes y hombres de mediana edad -uno de ellos con antecedentes por tráfico de drogas- malvivían en pisos del Raval con pésimas condiciones de higiene. Todos ellos fueron trasladados ayer a la Audiencia Nacional.

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