El extraño mensaje del Papa
Si dejamos aparte los festejos de la inauguración de la nueva basílica, las disquisiciones sobre el arte de Antoni Gaudí proyectado en la Sagrada Familia, la espléndida organización del acontecimiento o la retransmisión visual perfecta del acto, nos queda el discurso del Papa, sus palabras. Y de ellas solo su reiterada obsesión casi enfermiza por los temas del matrimonio, la mujer y el aborto con la incorporación reciente del tema homosexual.
Ni un solo mensaje positivo a los millones de hombres sin trabajo y sin techo que la crisis económica ha desahuciado. Ni una sola palabra de alien...
Si dejamos aparte los festejos de la inauguración de la nueva basílica, las disquisiciones sobre el arte de Antoni Gaudí proyectado en la Sagrada Familia, la espléndida organización del acontecimiento o la retransmisión visual perfecta del acto, nos queda el discurso del Papa, sus palabras. Y de ellas solo su reiterada obsesión casi enfermiza por los temas del matrimonio, la mujer y el aborto con la incorporación reciente del tema homosexual.
Ni un solo mensaje positivo a los millones de hombres sin trabajo y sin techo que la crisis económica ha desahuciado. Ni una sola palabra de aliento a los enfermos. Ni una mínima atención a los más desfavorecidos de la sociedad. Ni un abrazo a los emigrantes que están tan lejos de sus familias. Ni un solo recuerdo de que el "reino de los cielos" es para los pobres y humildes y no para los poderosos de este mundo globalizado. Ni una sola mirada a los que no tienen ya ninguna oportunidad de vivir dignamente. ¡Qué extraño mensaje cristiano el de este Papa.!