Cartas al director

La fábrica de Banksy y 'Los Simpsons'

El último capítulo de Los Simpsons trae una cabecera creada por Banksy en la que aparece una horrenda fábrica en la que trabajadores alineados y alienados colorean las transparencias de los dibujos y rellenan con gatitos triturados los peluches de Bart. Parece que la intención es criticar el acuerdo reciente de la empresa que está detrás de la serie con otra coreana para producir las películas y la mercadería a más bajo precio. Pero llama la atención cómo la propia compañía criticada admite, tolera y apadrina la crítica. El capítulo se emitió en la Fox sin ningún corte ni nada parecido....

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El último capítulo de Los Simpsons trae una cabecera creada por Banksy en la que aparece una horrenda fábrica en la que trabajadores alineados y alienados colorean las transparencias de los dibujos y rellenan con gatitos triturados los peluches de Bart. Parece que la intención es criticar el acuerdo reciente de la empresa que está detrás de la serie con otra coreana para producir las películas y la mercadería a más bajo precio. Pero llama la atención cómo la propia compañía criticada admite, tolera y apadrina la crítica. El capítulo se emitió en la Fox sin ningún corte ni nada parecido. Da qué pensar: la censura en Occidente está pasando a la historia porque ya no es necesaria, es tal la inutilidad de las artes para hacer algo en contra del poder que el mismo poder ha terminado por darse cuenta de que es más fácil dejar decir que censurar. La cabecera de Banksy no va a hacer que Fox cambie su contrato con la empresa coreana, ni que esta mejore las condiciones de trabajo de sus empleados, ni que los empleados de esa empresa se movilicen, ni que los espectadores dejen de ver Los Simpsons, ni que se retiren las firmas que pagan la publicidad que acompaña el programa. La cabecera de Banksy -que es muy dura- se emite, circula por Internet, da que hablar en algunos blogs, llena una cuantas conversaciones de barra de bar y ya está; todo, todo sigue igual. Vana ilusión la de Buñuel en Un chien andalou, convirtiendo los libros en pistolas, o aquello de que la poesía era un arma cargada de futuro, si es que lo entendí bien... Igual Celaya se refería a otra cosa, a saber.

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