Cartas al director

Fiscalmente normal

Refiriéndose a la baja tributación irlandesa, el comisario Rehn ha manifestado que, con la actual crisis, Irlanda "se convertirá en un país fiscalmente normal en el contexto europeo" (EL PAÍS, 2 de octubre de 2010). Cabe preguntarse qué es un país fiscalmente normal. El modelo irlandés es de tributación suave en el impuesto sobre sociedades (12,50%), mientras que otros países, entre ellos España, cuentan con una alta tributación en el impuesto (30%) que pagan gran número de empresas en beneficio de otras cuyo tipo efectivo, por aplicación de regímenes especiales y beneficios fiscales, es muy b...

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Refiriéndose a la baja tributación irlandesa, el comisario Rehn ha manifestado que, con la actual crisis, Irlanda "se convertirá en un país fiscalmente normal en el contexto europeo" (EL PAÍS, 2 de octubre de 2010). Cabe preguntarse qué es un país fiscalmente normal. El modelo irlandés es de tributación suave en el impuesto sobre sociedades (12,50%), mientras que otros países, entre ellos España, cuentan con una alta tributación en el impuesto (30%) que pagan gran número de empresas en beneficio de otras cuyo tipo efectivo, por aplicación de regímenes especiales y beneficios fiscales, es muy bajo.

La consecuencia, en países con tipos nominales muy altos, es que se infringen principios básicos como los de equidad y generalidad (unas empresas pagan mucho para compensar lo poco que pagan otras). Por tanto, Irlanda no tiene un sistema de competencia fiscal desleal por tener un tipo suave en sociedades, sino que los países con tributación nominal alta, como el caso de España, tienen un impuesto contra la equidad que pagan unas empresas en beneficio de otras, sin que estén nada justificados los regalos fiscales que abundan en nuestra legislación tributaria. Un país fiscalmente normal es el que grava bases imponibles amplias con tipos suaves.

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