La credibilidad del PSOE

En su editorial del 23-9-2010, EL PAÍS critica severamente "el aval de los socialistas al alcalde expulsado de Benidorm". Con toda la razón. En efecto, si finalmente la comisión federal de listas del PSOE confirma la propuesta de su federación valenciana de que el actual alcalde de Benidorm encabece la candidatura municipal socialista en las elecciones de 2011, el partido socialista habrá vulnerado, frontalmente y a sabiendas, el pacto contra el transfuguismo. Como bien se recordará, dicho alcalde accedió al cargo con el apoyo de un concejal tránsfuga que en 2007 formó parte de la candidatura ...

En su editorial del 23-9-2010, EL PAÍS critica severamente "el aval de los socialistas al alcalde expulsado de Benidorm". Con toda la razón. En efecto, si finalmente la comisión federal de listas del PSOE confirma la propuesta de su federación valenciana de que el actual alcalde de Benidorm encabece la candidatura municipal socialista en las elecciones de 2011, el partido socialista habrá vulnerado, frontalmente y a sabiendas, el pacto contra el transfuguismo. Como bien se recordará, dicho alcalde accedió al cargo con el apoyo de un concejal tránsfuga que en 2007 formó parte de la candidatura del PP. De acuerdo con las previsiones del pacto, la Comisión de Seguimiento declaró tránsfugas no solo a dicho concejal, sino también a aquellos otros que se beneficiaron de su conducta, incluido el actual alcalde, que previamente habían renunciado a su condición de militantes del PSOE.

El pacto contra el transfuguismo establece expresamente que los partidos que lo suscriben "no presentarán como candidatos a cualquier elección a los cargos representativos declarados tránsfugas, sea cual sea el partido al que hubiesen pertenecido". Por tanto, no admite discusión que el PSOE vulnerará el pacto si presenta al actual alcalde como cabeza de lista en las próximas elecciones municipales.

Se arguye, al parecer, que el PP lo incumple en aún mayor medida. Esto es cierto (y el PP habrá de responder por tales incumplimientos), pero ello no justifica que otros partidos, sobre todo aquellos que reclaman para sí un superior grado de decencia institucional, también lo hagan. El PSOE no debe perder su credibilidad, ni la legitimidad para poder seguir criticando los incumplimientos del PP.