El fiscal pide 80 años para dos asaltantes de casas

Sus objetivos eran claros: ciudadanos extranjeros que vivían en chalés aislados. Entre febrero y junio de 2009, Francisco M. R. y Juan Ramón A. G. asaltaron un total de diez viviendas en distintos municipios de la comarca malagueña de la Axarquía. El botín logrado no fue muy alto: apenas 15.696 euros en total. Sin embargo, las consecuencias penales de sus supuestos actos no son en absoluto desdeñables: el fiscal pide para cada uno de los ladrones 80 años de prisión. Están acusados de robo con fuerza, robo con violencia, detención ilegal, allanamiento de morada y tenencia ilícita de armas.
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Sus objetivos eran claros: ciudadanos extranjeros que vivían en chalés aislados. Entre febrero y junio de 2009, Francisco M. R. y Juan Ramón A. G. asaltaron un total de diez viviendas en distintos municipios de la comarca malagueña de la Axarquía. El botín logrado no fue muy alto: apenas 15.696 euros en total. Sin embargo, las consecuencias penales de sus supuestos actos no son en absoluto desdeñables: el fiscal pide para cada uno de los ladrones 80 años de prisión. Están acusados de robo con fuerza, robo con violencia, detención ilegal, allanamiento de morada y tenencia ilícita de armas.

Los tres primeros robos, supuestamente perpetrados en solitario por Francisco M. R., sirvieron para que la pareja de asaltantes lograra un pequeño arsenal. En esas acciones se hicieron con cinco escopetas de caza y un rifle Mauser, pero no se encontraron con las víctimas de sus robos.

Una vez armados, los acusados acudieron a Canillas de Aceituno. En el paraje del Cerro, unos ciudadanos británicos se habían dejado la puerta de su vivienda abierta. Francisco, con una escopeta a la que había recortado los cañones, y Juan Ramón, empuñando un hacha, y con el rostro oculto tras un pañuelo, obligaron a los moradores a sentarse en un sofá y los amarraron con cable de teléfono. Tras hacerse con joyas y un ordenador portátil, huyeron con el coche de sus víctimas. Esta forma de actuar se repitió en otras cuatro ocasiones. En otras tres, los supuestos delincuentes encontraron las casas vacías.