Crónica:Días de diversión

La Semana Grande de los pequeños

Las fiestas donostiarras programan más de 30 eventos infantiles - Deportes, ferias e hinchables, los más concurridos

Si se plantea a casi cualquier donostiarra con qué asocia la Semana Grande, la inmensa mayoría contestará, a buen seguro, que con los fuegos artificiales, el helado, los toros y los conciertos de Sagüés. Sin embargo, hay fiesta más allá de las guitarras de Los Suaves o Delorean, de las lidias de Manzanares o El Cid, de la Pirotecnia Ricasa y de su inseparable sabor a vainilla, chocolate y cucurucho. Por ejemplo, la que disponen los niños, que durante siete días tienen más alternativas que en ninguna otra ocasión del año para divertirse. No en vano, estas fiestas son las del récord de eventos p...

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Si se plantea a casi cualquier donostiarra con qué asocia la Semana Grande, la inmensa mayoría contestará, a buen seguro, que con los fuegos artificiales, el helado, los toros y los conciertos de Sagüés. Sin embargo, hay fiesta más allá de las guitarras de Los Suaves o Delorean, de las lidias de Manzanares o El Cid, de la Pirotecnia Ricasa y de su inseparable sabor a vainilla, chocolate y cucurucho. Por ejemplo, la que disponen los niños, que durante siete días tienen más alternativas que en ninguna otra ocasión del año para divertirse. No en vano, estas fiestas son las del récord de eventos programados.

La mañana de ayer fue especial para Ander, que saltaba frenéticamente en los hinchables del Boulevard y parecía un jugador de fútbol americano con las dos gruesas rayas negras que le habían pintado en la cara. Pero también para sus padres, que descansaban tomando una cerveza con gaseosa en una terraza de la zona. "Ahora que nuestro hijo se lo está pasando bien, lo dejamos un rato con otros chicos mientras lo tenemos a la vista. Para nosotros también es un gran alivio relajarnos un rato", indicaba la madre del niño. Minutos más tarde, Ander preguntaba: "¿Puedo jugar un rato más?". Y volvía rápidamente a los hinchables.

Ayer se organizó un circuito científico y una carrera de caracoles
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A pocos metros de distancia del Boulevard, en el puerto de la ciudad, están instaladas, como cada año, las barracas infantiles. Debido a la cantidad de niños listos para montar en las atracciones, costaba caminar y Lourdes, que llevaba a su hija Patricia de la mano, pedía calma. "Todos vamos a acabar entrando, no nos empujemos", explicaba. Con más calma, sentada en un banco con su madre, Patricia destacaba que, pese a que con lo que más disfruta es con los autos de coche, "también me gustan mucho los cuentacuentos y corrí la carrera de bicicletas", en referencia al circuito ciclista infantil que se organizó anteayer. Más tarde, la niña giraba en una atracción dedicada a la familia Simpson.

Entre las más de treinta actividades organizadas para los más pequeños, que incluyen deportes como la esgrima, el aerobic o el tenis e, incluso, juegos de pastores, destacan dos eventos organizados ayer por la tarde. El primero de ellos, un circuito científico en la plaza Easo, concentró a un centenar de niños que conocieron y mezclaron varios elementos químicos, vieron réplicas de animales, se convirtieron, por momentos, en geólogos y presenciaron una representación teatral a cargo de animadores científicos. "De mayor quiero trabajar en un laboratorio de científicos y llevar una bata blanca", afirmaba convencida Raquel, una niña de siete años.

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En las terrazas altas del Kursaal, usadas como espacio intercultural esta Semana Grande y en las que también se muestra la tradición de México, Cuba, el Magreb, Alemania o Lleida a los pequeños, ayer varias decenas de niños celebraban el Día del Aplec del Caragol con una carrera de moluscos. Las risas, sin embargo, no tardaron en llegar.

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