Reportaje:

Cuando cada segundo cuenta

El dispositivo de accidentes de montaña se activó 237 veces el pasado año - El 45% fueron búsquedas

Una hora, en el peor de los casos, es lo que tarda en ponerse en marcha el dispositivo de búsqueda de personas desaparecidas en Euskadi. El reloj arranca en el momento en que los familiares o la policía contactan con SOS Deiak y no para hasta que la persona es encontrada. En estos momentos, más de un centenar de personas están en alerta para dar respuesta a las llamadas de auxilio de quienes buscan a sus seres queridos en zonas rurales o de montaña.

Desde operadores de SOS Deiak, hasta técnicos de intervención, pasando por guardas forestales, médicos de Osakidetza, ambulancias, un helic...

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Una hora, en el peor de los casos, es lo que tarda en ponerse en marcha el dispositivo de búsqueda de personas desaparecidas en Euskadi. El reloj arranca en el momento en que los familiares o la policía contactan con SOS Deiak y no para hasta que la persona es encontrada. En estos momentos, más de un centenar de personas están en alerta para dar respuesta a las llamadas de auxilio de quienes buscan a sus seres queridos en zonas rurales o de montaña.

Desde operadores de SOS Deiak, hasta técnicos de intervención, pasando por guardas forestales, médicos de Osakidetza, ambulancias, un helicóptero de la Ertzaintza, la unidad canina, buzos y el equipo de montaña se coordinan para, en menos de 60 minutos, responder a emergencias como las que en los últimos días han salpicado la comunidad autónoma y, en especial, la provincia de Álava.

En ocasiones hasta cien personas llegan a participar en los rescates
Cada caso requiere unos recursos, pero el coste "es elevado" en general
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Minuto cero. Bien los familiares o bien los agentes de la comisaría informan de la desaparición de una persona a SOS Deiak, el servicio de emergencias dependiente de la Dirección de Atención de Emergencias y Protección Civil del Departamento de Interior. El segundero se pone en marcha. Los primeros minutos se centran en acotar dónde se ha producido el suceso y qué ha ocurrido, así como en delimitar espacios en caso de que se trate de la búsqueda de un desaparecido. En torno a cien personas trabajan por turnos en Euskadi en estos centros de llamadas.

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Al mismo tiempo, se realiza, gracias a las nuevas tecnologías, una identificación del lugar desde donde se realiza la llamada. Los servicios de emergencia también se ponen en contacto con los operadores de telefonía móvil, en caso de que sea necesario ubicar la situación del teléfono móvil de la persona desaparecida. Cada minuto cuenta, según explican desde SOS Deiak.

En el año 2009, el dispositivo de accidentes de montaña, que engloba tanto los rescates -cuando la persona está localizada- como las búsquedas, se activó 237 veces. De todas ellas, el 45% de los casos correspondió al segundo de los supuestos, el que más recursos humanos necesita: buscar a personas desaparecidas.

Una vez terminada la llamada, se desencadena la "táctica operativa". El servicio de intervención de Interior envía a un técnico, de un grupo que realiza guardias las 24 horas del día, para dirigir el dispositivo y coordinar a los distintos cuerpos. En algunos casos el dispositivo se traduce en más de un centenar de personas trabajando por el mismo fin.

El primer aviso se dirige únicamente a los profesionales, como los buzos o el equipo de montaña. Su formación es muy específica e intensa, y entrenan en lugares como los Pirineos para poder responder con eficacia ante las emergencias. Todos ellos se reúnen en un punto de encuentro indicado por el técnico de intervención, donde se actualiza la información, se divide la zona en sectores y se da comienzo a la operación. Ha pasado, "en el peor de los casos", especifica Trancho, una hora desde la primera llamada.

A menudo, se lanza un preaviso para que, ya desde el minuto cero, haya personas en el lugar. Según destaca el responsable de SOS Deiak, "casi sin excepción", los extraviados reaparecen en un lapso de tiempo entre las 24 y las 48 horas siguientes y los rescates apenas duran unas horas. Cuando la búsqueda es más prolongada, se recurre a voluntarios, tanto de la propia zona como de la Cruz Roja, la DYA, la Federación Vasca de Montaña, el equipo de espeleosocorro -está muy preparado con entrenamientos en simas de hasta 300 metros de profundidad- o los voluntarios de perros de salvamento. Con ellos, el reconocimiento del terreno se hace mucho más rápido. En el caso de la búsqueda del ertzaina José Félix Chasco, desaparecido la pasada semana y cuyo cuerpo fue encontrado sin vida el martes, los voluntarios se volcaron en la búsqueda desde el primer momento. Ya en la noche del miércoles pasado varios grupos de personas de Valdegovía (Álava) participaban en el rastreo de los principales senderos.

Cada caso requiere unos recursos, pero Trancho adelanta que "el coste es elevado". En provincias cercanas, la movilización de un helicóptero de montaña supone 3.000 euros por cada hora. Los expertos aconsejan hacer salidas en grupo, utilizar el equipamiento adecuado, llevar un teléfono móvil o informar del itinerario.

Dos muertes en 24 horas

El cuerpo sin vida de Ernesto Martínez Sagarzazu, catedrático -ya jubilado- de Matemáticas de la Universidad del País Vasco, fue encontrado ayer en la Sierra de Cantabria, en Álava, después de que desapareciera en la tarde del martes. El profesor universitario, natural de San Vicente de la Sonsierra, desapareció después de informar a su familia que salía en busca de setas por la zona de Lagrán.

A media mañana de ayer el dispositivo de búsqueda encontró el coche y el bastón del desaparecido, de 63 años, en la zona. Horas después, el helicóptero de la Ertzaintza avistaba un cuerpo en la zona de Palomares, en un pedregal de la sierra. El Departamento de Interior confirmó que el fallecido era el del catedrático que la Ertzaintza buscaba desde la noche anterior.

Por otro lado, agentes de la Ertzaintza localizaron en la noche del martes el cadáver de un hombre de 44 años dentro de una tienda de campaña situada cerca de la presa de Lekubaso, en Galdakao (Vizcaya).

Según informaron fuentes del Departamento de Interior, el cuerpo del fallecido fue trasladado al servicio anatómico forense para determinar las causas concretas de su muerte, aunque adelantaron que no presentaba "ningún signo de violencia".

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