La buena salud del voto en blanco

Los partidos de izquierda están inquietos por el castigo hacia los políticos

Si hoy se celebraran las elecciones autonómicas, el voto en blanco se convertiría en la tercera fuerza con más apoyos, por encima de Esquerra Republicana (ERC) y de Iniciativa per Catalunya (ICV-EUiA), los dos socios minoritarios del Gobierno tripartito, según el último barómetro del Centro de Estudios de Opinión (CEO) de la Generalitat difundido en julio. Más allá de que esa tendencia se llegue a plasmar o no en las urnas, la intención revela un profundo enojo de los electores. Las formaciones de izquierda, que son las que más sufren esa abstención activa, interpretan esa posición como...

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Si hoy se celebraran las elecciones autonómicas, el voto en blanco se convertiría en la tercera fuerza con más apoyos, por encima de Esquerra Republicana (ERC) y de Iniciativa per Catalunya (ICV-EUiA), los dos socios minoritarios del Gobierno tripartito, según el último barómetro del Centro de Estudios de Opinión (CEO) de la Generalitat difundido en julio. Más allá de que esa tendencia se llegue a plasmar o no en las urnas, la intención revela un profundo enojo de los electores. Las formaciones de izquierda, que son las que más sufren esa abstención activa, interpretan esa posición como un serio toque de alerta de los ciudadanos, aunque tienen esperanzas de recuperar su confianza.

Las encuestas lo sitúan como la tercera fuerza por encima de ERC e ICV

Las encuestas del último sondeo se realizaron entre el 28 de junio y el 8 de julio. Es decir, empezaron justo el día en que se conoció la sentencia del Estatuto. "Era un día de máxima turbulencia en el ambiente", afirmó Gabriel Colomer, director del CEO. Sin embargo, el sondeo no hizo otra cosa que consolidar el voto en blanco como tercera opción entre los electores. Ahora reuniría el 6,8% de sufragios frente al 6% de los que hoy acumularían los republicanos y el 5,6% de los ecosocialistas. El sondeo, por primera vez, vaticina un descalabro sin precedentes del Partit dels Socialistes (PSC), que se situaría ante la crisis más grave de su reciente historia, mientras proyecta una ascensión constante de los convergentes. Con todo, el voto en blanco alcanzó su máximo apogeo en diciembre del año pasado con un 10% de votos y se achacó a la profunda desafección que causó entre los ciudadanos los escándalos de corrupción del caso Millet y el caso Pretoria, que afectan tanto a Convergència Democràtica (CDC) como al PSC.

No todos los partidos ven con la misma inquietud el hipotético aumento de los sobres vacíos. Pese a que el barómetro apunta a que el voto en blanco desbancaría a los republicanos de la tercera posición, el portavoz de ERC, Ignasi Llorente, relativizó el sondeo y aseguró que cuando su partido pierde electores, estos se van directamente a la abstención. "Pero no tenemos hecho un cálculo aproximado de cómo nos afecta ese voto en blanco", afirmó. Por el contrario, Laia Ortiz, diputada de ICV, admitió que ya percibieron ese mensaje de su electorado en los últimos comicios municipales cuando, en Barcelona, en 2007 cosecharon 56.855 frente a los 91.286 votos de 2003. Ese descenso de apoyo no fue ajeno, según ICV, al voto en blanco, que se multiplicó por dos desde 2003: pasó del 1,67% (12.675 votos) al 4,05% (24.754). De hecho, en esos comicios de 2007 el voto en blanco alcanzó en Cataluña su techo con 87.000 sufragios.

"Tenemos que hacer pedagogía y hablar a la gente con más claridad diciendo las cosas que hacemos bien y las cosas en que nos hemos equivocado", reconoció Ortiz, aunque prefirió ahorrarse poner uno a título de ejemplo. La diputada recordó un caso que afecta a la mayoría de partidos por igual: las escenas que suelen vivirse las noches electorales en la que todos los políticos, ignorando los resultados, se dan por vencedores cuando, evidentemente, todos no lo son. "No se pueden enviar esos mensajes a la gente", dijo la diputada.

Los socialistas tienen varios frentes abiertos y el voto en blanco no es el que más les inquieta. "La abstención es el principal enemigo de la democracia", vaticina Laia Bonet, colaborada del presidente José Montilla y seria candidata a ser número dos en las listas del PSC. Bonet no dio por perdida la posibilidad de rescatar el voto en blanco. "Es de fuertes convicciones democráticas. Nos interpela. Es recuperable pero no de cualquier manera. Tendremos que hacer mucha pedagogía y volver a atraer a los votantes mediante la confrontación de proyectos", expuso Bonet que se distanció de la estrategia que seguirán las formaciones de derecha a las que atribuyó propuestas "fáciles y simplificadoras. Tendremos que hacer algo: confrontar proyectos y huir de las típicas escenas preelectoral de ir a la greña", afirma.

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