Análisis:EL ACENTO

Tan solo unas cenas íntimas

El pasado viernes dimitió Mark Hurd, consejero delegado de Hewlett Packard durante los últimos cinco años y una de las figuras más admiradas en el mundo tecnológico. En junio fue denunciado por acoso sexual por Jodie Fisher, contratada entre 2007 y 2009 por HP para trabajar en distintos encuentros para clientes y ejecutivos, tal como explicó ella misma en una reciente declaración.

La compañía inició una investigación interna, al término de la cual manifestó que la conducta de Hurd no había violado ninguna de las normas de su reglamento contra este tipo de abusos. Lo que salió a la luz, ...

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El pasado viernes dimitió Mark Hurd, consejero delegado de Hewlett Packard durante los últimos cinco años y una de las figuras más admiradas en el mundo tecnológico. En junio fue denunciado por acoso sexual por Jodie Fisher, contratada entre 2007 y 2009 por HP para trabajar en distintos encuentros para clientes y ejecutivos, tal como explicó ella misma en una reciente declaración.

La compañía inició una investigación interna, al término de la cual manifestó que la conducta de Hurd no había violado ninguna de las normas de su reglamento contra este tipo de abusos. Lo que salió a la luz, sin embargo, fue la ligereza con la que el alto ejecutivo pasó gastos falsos durante año y medio, el tiempo que al parecer duró su relación con la dama. Unos 20.000 dólares (15.000 euros) que fueron destinados, por ejemplo, a cubrir cenas íntimas en diversos lugares del mundo.

Hurd manifestó que se iba por haber hecho cosas que "no cuadran con los estándares y principios de confianza, respeto e integridad" con los que se había comprometido con HP. Y la compañía lo ha recompensado con 12,2 millones de dólares, una cantidad que seguramente se duplicará cuando reciba las acciones con las que se le premia por el rendimiento de la empresa. Hurd ganaba al año, por otro lado, unos 30 millones de dólares (22,6 millones de euros). Resulta extraño su afán por ahorrarse unos cuartos en sus citas con su amiga.

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O enemiga, nunca se sabe. Jodie Fisher, de 50 años, no está casada y tiene un hijo. En 1992 inició su carrera como actriz en una película erótica, Intimate obsession. Ha participado en cerca de otra decena de proyectos de parecidas características, y en 2007 intervino en Age of love, un reality show de la NBC en la que un caballero descubre el amor entre varias mujeres jóvenes y más maduritas. Ha comentado que está sorprendida y triste porque Hurd hubiera perdido su trabajo tras su denuncia. Y dijo que no habían tenido nunca relaciones sexuales.

HP ha sabido reaccionar con rapidez ante el culebrón, un enredo mayúsculo típicamente estadounidense: difícil de entender si se escucha a los implicados, pero a fin de cuentas simple. Tan simple que cabe en dos palabras: sexo y poder.

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