Los 'camisas rojas' dan 30 días al Gobierno para disolver el Parlamento

El Ejército tailandés se compromete a no utilizar la violencia contra las protestas

Los camisas rojas, que desde mediados del mes pasado han ocupado el centro de Bangkok para pedir la dimisión del Gobierno, suavizaron ayer su postura y ofrecieron un compromiso con el que poner fin a la crisis política que atenaza Tailandia. Los manifestantes dijeron que aceptarían la disolución del Parlamento en un plazo de 30 días y la convocatoria de elecciones 60 días después, en lugar de con carácter inmediato como pedían hasta ahora. Pero añadieron dos condiciones: que se lleve a cabo una investigación independiente sobre los enfrentamientos que tuvieron lugar el 10 de abril -en l...

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Los camisas rojas, que desde mediados del mes pasado han ocupado el centro de Bangkok para pedir la dimisión del Gobierno, suavizaron ayer su postura y ofrecieron un compromiso con el que poner fin a la crisis política que atenaza Tailandia. Los manifestantes dijeron que aceptarían la disolución del Parlamento en un plazo de 30 días y la convocatoria de elecciones 60 días después, en lugar de con carácter inmediato como pedían hasta ahora. Pero añadieron dos condiciones: que se lleve a cabo una investigación independiente sobre los enfrentamientos que tuvieron lugar el 10 de abril -en los cuales murieron 25 personas, entre ellas algunos soldados, y más de 800 resultaron heridas- y que las tropas se retiren de los alrededores del lugar de la protesta.

La oposición rebaja sus exigencias para intentar poner fin a la crisis política

"El Gobierno debe poner fin a todas las amenazas contra nuestro movimiento", dijo Weng Tojirakarn, uno de los líderes, desde un escenario montado en el campamento que han instalado los miles de camisas rojas en el barrio más comercial de Bangkok, informa Reuters.

La oferta se produjo poco después de que el jefe del Ejército, Anupong Paochinda, que el viernes pasado fue nombrado máximo responsable de Seguridad Nacional, afirmara que no habrá represión violenta contra los manifestantes porque "no resolvería los problemas actuales y tendría muchas repercusiones".

El jueves por la noche estallaron cinco granadas cerca del lugar donde están acampados los opositores en el centro de la ciudad. Los artefactos provocaron la muerte de una tailandesa de 26 años y heridas a 86 personas, según informó ayer el Servicio de Emergencias Médicas de Bangkok. Cuatro de los heridos son ciudadanos de Estados Unidos, Australia, Indonesia y Japón. Anteriormente, un viceprimer ministro, Suthep Thaugsuban, había dicho que los fallecidos eran tres. La autoría del ataque se desconoce. Las granadas M-79 cayeron en una zona en la que se habían concentrado críticos contra los camisas rojas.

Panitan Wattanayagorn, portavoz del Gobierno, dijo que el incidente está siendo investigado. Pero desde que comenzaron las protestas se han producido varias decenas de explosiones y ataques con granadas y nadie ha sido detenido, lo que ha disparado las especulaciones de que puede ser obra de militares rebeldes, que buscan provocar a los camisas rojas o ajustar cuentas con otros militares.

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La policía intentó ayer por la mañana que los manifestantes desmontaran las barricadas de tres metros de altura que han construido con neumáticos, bloques de hormigón, plásticos y palos de bambú afilados cerca de la entrada de la calle Silom y el distrito financiero. Pero desistió después de que estos las rociaran con gasolina. Cientos de policías, antidisturbios y soldados están desplegados en el barrio, donde muchas tiendas, bancos y hoteles están cerrados.

Los camisas rojas están integrados principalmente por habitantes pobres de las zonas rurales, que apoyan al ex primer ministro Thaksin Shinawatra. Pero también hay activistas pro democracia que rechazan el golpe de Estado con el que fue expulsado del cargo en 2006, y un número creciente de miembros de la clase obrera urbana. Piden que el actual primer ministro, Abhisit Vejjajiva, dimita y convoque elecciones, porque, según afirman, llegó al cargo en 2008 de forma ilegítima al frente de una coalición tejida por los militares después de que los jueces disolvieran un partido seguidor de Thaksin, que había liderado los Gobiernos precedentes.

La tensión y la violencia en la capital han disparado la alarma entre los Gobiernos extranjeros, algunos de los cuales, como Estados Unidos y Australia, han recomendado a sus ciudadanos que no viajen a Bangkok, porque, según aseguran, hay riesgo de que se produzca más violencia. Otros, como Reino Unido y Francia, han instado a sus nacionales a que se mantengan alejados de las zonas de las manifestaciones.

Nattawat Saikuar, uno de los líderes de los camisas rojas, negó que las granadas fueran lanzadas por su gente. "Los ataques con bombas de la pasada noche no tuvieron nada que ver con nuestro movimiento. Seguimos fieles a la política de no violencia", señaló. Nattawat dijo a los manifestantes que se preparasen para una posible represión por parte de las fuerzas de seguridad, después de que éstas advirtieran esta semana que se les estaba acabando el tiempo para poner fin a la protesta, que comenzó el 12 de marzo. El Ejército aseguró que estaba dispuesto a utilizar fuego real si se veía obligado. Naciones Unidas ha pedido mesura a todas las partes implicadas.

Las protestas son un reflejo de la fractura social existente en Tailandia, que también se extiende al Ejército, donde una facción apoya a los manifestantes, incluidos algunos generales jubilados aliados de Thaksin, quien, tras ser expulsado en 2006, fue condenado en ausencia a dos años de cárcel por corrupción. Thaksin vive exiliado en el extranjero.

Partidarios progubernamentales ondean una gigantesca bandera tailandesa en una concentración en Bangkok.REUTERS

Tailandia en cifras

- Población. El país tiene 65.998.436 habitantes, con una edad media de 33,3 años. La población urbana es el 33% del total. La superficie del país es de 513.120 kilómetros cuadrados.

- Grupos étnicos. El 75% de la población es de etnia tai. La segunda etnia es la china (11%).

- Religión. La mayoría de la población, el 94,6%, es budista. Los musulmanes son el 4,6% y los cristianos, el 0,7.

- Economía. En 2009 el PIB bajó un 2,8%. El principal sector productivo es la industria (44%), seguido por el sector terciario (43,7%). La agricultura representa el 12,3% del PIB. El desempleo es del 1,6%.

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