Los arquitectos prefieren un bulevar en la Diagonal y que no haya votación

Los técnicos del Ayuntamiento de Barcelona que han elaborado los dos proyectos de reforma de la Diagonal los explicaron ayer a los arquitectos, en una jornada organizada por su colegio profesional. Al final, hubo mayoría nítida: la opción del bulevar, la B, es la mejor para la ciudad. Frente a la A, que mantiene la estructura actual. También fueron mayoritarias las intervenciones de quienes lamentaban que decidan los ciudadanos en vez de dejarles a ellos.

El lamento por el referéndum se debe a que buena parte de los arquitectos creen que la ciudadanía acabará por votar con la memoria y ...

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Los técnicos del Ayuntamiento de Barcelona que han elaborado los dos proyectos de reforma de la Diagonal los explicaron ayer a los arquitectos, en una jornada organizada por su colegio profesional. Al final, hubo mayoría nítida: la opción del bulevar, la B, es la mejor para la ciudad. Frente a la A, que mantiene la estructura actual. También fueron mayoritarias las intervenciones de quienes lamentaban que decidan los ciudadanos en vez de dejarles a ellos.

El lamento por el referéndum se debe a que buena parte de los arquitectos creen que la ciudadanía acabará por votar con la memoria y el sentimiento en vez de con la razón. Esta señala que la opción del bulevar es la mejor porque permite distribuir mejor los tráficos y da más espacio al peatón. Además los arquitectos admiten que se den soluciones diferentes según los tramos de la avenida. Por ejemplo, la Gran Via no es igual frente a la Universidad de Barcelona. "No estaría justificado en toda ella, pero en ese punto, sí", se dijo en la sala.

"¿Qué habría pasado si se hubiera votado el Plan Cerdà?"

El problema de los ciudadanos con la solución B es que supone cambiar de sitio todos los árboles existentes. Ahora están a una distancia de entre 7 y 7,5 metros. Según la propuesta B, se replantarían los que se salvasen y se plantarían otros nuevos, todos a 12 metros de distancia. El resultado es que se puede reorganizar la vía y cabe todo mucho mejor. La explicación la dieron Carme Ribas y Olga Tarrasó, ambas del equipo municipal, y la sala las entendió a la primera.

"¿Qué habría pasado si los barceloneses hubieran votado el Plan Cerdà?", se preguntó uno de los asistentes. "No entiendo por qué tiene que decidir la gente", dijo otro. Y aún hubo una intervención de alguien que aconsejó a los técnicos que no hagan demasiado caso a los jardineros, pero cuidado porque "el ciudadano votará contra los cambios en el arbolado". La gente, se oyó, "puede participar, pero eso no implica que deba decidir".

La jornada de ayer en el Colegio de Arquitectos tendrá continuidad vía Internet para que quien quiera haga su aportación. El 22 de abril se celebrará una segunda sesión para debatir lo que ayer quedó únicamente esbozado.

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