PSE y PP vasco marcan distancias con sus direcciones nacionales

Basagoiti y López se unen en la defensa de la autonomía ante sus partidos

La falta de respaldo de Mariano Rajoy al líder del PP vasco, Antonio Basagoiti, en su enfrentamiento con Jaime Mayor Oreja por su especulación sobre la "alianza potencial" del Gobierno con ETA ha evidenciado los recelos que suscita en la dirección nacional del PP la política de apoyo de los populares vascos al Gobierno socialista de Patxi López.

Basagoiti escucha con frecuencia los temores de la sede nacional del PP de que los socialistas vascos le arrastren a una nueva estrategia de negociación con ETA, a sabiendas de que la banda ha entrado en una etapa terminal. Ese temor se acrecent...

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La falta de respaldo de Mariano Rajoy al líder del PP vasco, Antonio Basagoiti, en su enfrentamiento con Jaime Mayor Oreja por su especulación sobre la "alianza potencial" del Gobierno con ETA ha evidenciado los recelos que suscita en la dirección nacional del PP la política de apoyo de los populares vascos al Gobierno socialista de Patxi López.

Basagoiti escucha con frecuencia los temores de la sede nacional del PP de que los socialistas vascos le arrastren a una nueva estrategia de negociación con ETA, a sabiendas de que la banda ha entrado en una etapa terminal. Ese temor se acrecentó en la calle Génova cuando leyeron hace unos días, en una entrevista en EL PAÍS, que el presidente del PSE y ex negociador con ETA, Jesús Eguiguren, había explicado a Basagoiti el proceso de diálogo con ETA, de 2006, y que al líder del PP vasco le había satisfecho. Tampoco les gustó que Eguiguren propusiera que los partidos vascos, incluidos los populares, administren la etapa terminal del terrorismo, una vez que ETA abandone definitivamente las armas.

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La complacencia de Basagoiti, manifestada por Eguiguren, con un proceso de diálogo que se convirtió en la piedra angular de la política de oposición del PP al Gobierno de Zapatero en la pasada legislatura era demasiado para la sede de Génova. Esto explica, además de la presión del sector más radical de su partido, la falta de un apoyo claro de Rajoy a Basagoiti frente a la desmesura de Mayor que, además de asegurar, frente a toda evidencia, que el Gobierno negociaba con ETA, habló de una alianza potencial entre Zapatero y la banda terrorista.

El recelo de la sede nacional del PP hacia Basagoiti y el PSE se manifiesta también en su imposición a la presentación en el Parlamento vasco de mociones sobre terrorismo. Este mes han sido dos: la exigencia de expulsión de los ediles de ANV de los ayuntamientos vascos, y la de responsabilidades por el caso Faisán, el presunto chivatazo de un alto cargo policial a miembros de la red de extorsión de ETA para evitar que fueran detenidos durante el proceso de diálogo.

La sede nacional del PP ha contado con la complicidad de algunos parlamentarios afines a la anterior líder del PP vasco, María San Gil, para presentar las mociones, a sabiendas de que el traslado de conflictos que sostiene con el Gobierno de Zapatero en Madrid incomoda a Basagoiti porque erosiona las relaciones con su aliado socialista.

Al afectar a un tema tan sensible como el terrorismo, estos conflictos tienen más calado que los suscitados en otoño entre el PP vasco y la dirección nacional con motivo del blindaje del Concierto Económico. Rajoy ordenó que el PP votara en contra del blindaje del régimen tributario vasco en el Congreso, pero toleró la petición de Basagoiti de que los diputados vascos del PP no se pronunciaran.

Pese a todo, Basagoiti mantiene firme su apuesta de sacar al PP vasco de la marginalidad en que se encontraba con María San Gil, casi un partido apestado que no quería pactar con nadie y con el que nadie quería sentarse. Para remediar esa situación, para centrar al PP vasco y dotarlo de relevancia, Basagoiti apostó por un pacto con un Gobierno que defiende la constitucionalidad y protagoniza una lucha clara contra ETA, como es el de Patxi López.

Basagoiti espera que una probable mejoría en las elecciones municipales, dentro de un año, le den el aval que necesita para fortalecer su posición ante la sede nacional de Génova. De ahí que también apueste fuerte por la política autonómica, como demostró con su respaldo al blindaje del Concierto Económico.

En esta dinámica también está inmerso el Ejecutivo de López. Los dos partidos no nacionalistas, al dirigir la política vasca, se han visto involucrados en la defensa de la autonomía, que demuestra no ser patrimonio de los nacionalistas. Tras un año, se da por asegurada la continuidad del pacto entre el PSE y el PP.

El Gobierno de López también marca distancias con el de Zapatero por la defensa de la autonomía vasca, aunque no en temas tan sensibles como el terrorismo. En estos momentos sostiene varios contenciosos en política económica y social.

El Gobierno de Vitoria ha solicitado a la BBK un crédito de 600 millones de euros porque el Ejecutivo de Zapatero no le abona la liquidación por la deuda.

Otro litigio -que protagonizó el último encuentro entre Zapatero y López hace 15 días- fue la denominada enmienda Florentino. El Gobierno vasco, en coincidencia con el PNV, se opone a esa cláusula, que permitiría el control de empresas energéticas, como Iberdrola, por parte de empresas ajenas al sector, con el riesgo de que eso conlleve un cambio en su ubicación.

No es menor el conflicto sostenido entre ambos gobiernos con el traspaso de las políticas activas de empleo a Euskadi. El Ejecutivo de López no logró su objetivo de disponer de esa competencia -comprometida con Zapatero- en enero de 2010 porque el Grupo Socialista pactó con el PNV su demora dentro del paquete de cesiones que le aseguraron el apoyo a los Presupuestos Generales del Estado.

Algunos acuerdos del PSOE y el PNV en el Congreso se están convirtiendo en factor de distorsión en las relaciones entre el Gobierno central y vasco. Rajoy acostumbra a alabar a López y a contraponerlo a Zapatero, como hizo hace unos días en San Sebastián. Y a su vez, Zapatero loa a Basagoiti en oposición a Rajoy, como transmitió el jueves por la ausencia de apoyo del líder del PP vasco tras los ataques de Mayor. Parece pues que son mayores las contradicciones de López y Basagoiti con sus direcciones nacionales que las existentes entre ellos.

Los conflictos

- Contenciosos de Patxi López con el Gobierno.

1. Hacienda no acepta la liquidación de la deuda reclamada por el Gobierno vasco, que le ha obligado a solicitar un crédito de 600 millones a la BBK.

2. El 'lehendakari' está en contra de la 'enmienda Florentino', impulsada por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, ante el riesgo de que las empresas energéticas vascas se trasladen fuera de esa comunidad.

3. El Gobierno vasco ha visto aplazado el traspaso de la competencia en políticas activas de empleo, previsto para el mes de enero, por el pacto presupuestario entre el PSOE y el PNV.

- Desencuentros de Antonio Basagoiti con la dirección nacional del PP.

1. La dirección nacional del PP se ha opuesto en el Congreso de los Diputados al blindaje del Concierto Económico Vasco, defendido por los populares vascos.

2. Además, tampoco apoya con claridad a Antonio Basagoiti en su enfrentamiento con el ex líder del partido en Euskadi Jaime Mayor Oreja porque desconfía de la estrategia antiterrorista de los socialistas vascos y teme que les arrastre a un hipotético nuevo intento de negociación con ETA.

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