Los 'oscars', versión Círculo

Las quinielas, la barra libre y alguna decepción amenizaron la gala de Canal + para celebrar los premios

"¿Y esta rave de qué es?", preguntaba un joven a la entrada del Círculo de Bellas Artes la noche del domingo. Esa rave era la fiesta anual que organiza Canal + en honor a la Gala de los oscars, en lo que desde hace unos años se ha convertido en un clásico de la noche madrileña combinando, por igual, cinefilia y petardeo. Este año, con el estreno del impresionante decorado del Círculo como escenario para los ataques frontales a la barra libre de unos 250 invitados. Y con el morbo añadido de enterarse en directo si los españoles en Hollywood se llevarían la preciada estatuil...

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"¿Y esta rave de qué es?", preguntaba un joven a la entrada del Círculo de Bellas Artes la noche del domingo. Esa rave era la fiesta anual que organiza Canal + en honor a la Gala de los oscars, en lo que desde hace unos años se ha convertido en un clásico de la noche madrileña combinando, por igual, cinefilia y petardeo. Este año, con el estreno del impresionante decorado del Círculo como escenario para los ataques frontales a la barra libre de unos 250 invitados. Y con el morbo añadido de enterarse en directo si los españoles en Hollywood se llevarían la preciada estatuilla a casa.

A partir de las diez y media de la noche, el Salón de Baile del palacio se empezó a llenar de VIP en modo distendido, la mayoría, o en modo promoción, los más acaparacámaras. En el Salón de Columnas, la actriz Manuela Velasco calentaba motores para presentar la retransmisión de la gala hasta las seis de la mañana. Mientras, los invitados, los camareros, los técnicos de iluminación, todos, hacían sus quinielas más o menos acertadas: "Tarantino dará el campanazo", "Los pitufos de Avatar no pueden ganar", "Sandra Bullock, mejor actriz: ¿estás de broma?". Empieza la gala.

Un fan de Penélope dijo a grito pelado: "¡Javier Bardem la coge la mano!"

Y primera decepción con el consiguiente primer asalto masivo a la barra. Javier Recio se queda sin su Oscar el corto La dama y la muerte a pesar del apoyo, en Los Ángeles, de Antonio Banderas y, en el Círculo, de insignes cortometrajistas ya duchos en el arte de ir a por un Oscar y volverse con bonitos recuerdos, como Borja Cobeaga o Eduardo Chapero-Jackson. Entre copa y copa, proclamas nacionalistas en pro del cine español y sorbos en los lugares comunes del cine chico tipo: "El corto es el futuro".

Segunda decepción y segundo asalto masivo a la barra. La actriz Mo'Nique se lleva el Oscar a mejor actriz de reparto por Precious dejando a Penélope compuesta y con novio. Porque, como bien dejó claro un fan a grito pelado: "¡Javier Bardem la coge de la mano!". Los adictos a las redes sociales ya tenían el titular listo para sus móviles.

Poco a poco, la sala se vaciaba.Y es que fueron los hígados más fuertes los que aguantaron estoicamente la soporífera gala para presenciar, ya muy entrada la madrugada, uno de los momentos más inesperados de la velada: el Oscar a la mejor película de habla no inglesa a la co-producción hispano-argentina El secreto de sus ojos. Sin hielos en la barra y con bocadillos de salchichón como canapé, ¿quedaba entonces algo que ver?

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Eran ya las seis de la mañana cuando los supervivientes de la fiesta, unas 20 personas, presenciaron entre desechos orgánicos e inmundicias varias el momento por el que será recordada esta edición de los premios Oscar. Katherine Bigelow subía a recoger el Oscar a la mejor directora ante la cara de póker de su ex marido y anteriormente autoproclamado rey del mundo. James Cameron había perdido y, como apostilló un cinéfilo recostado en la escalera, con ello "se ha salvado el cine". El año que viene, más.

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