Análisis:EL ACENTO

'Oscars' de doble discurso

La noche de los Oscar se acerca. Alec Baldwin y Steve Martin ejercerán de maestros de ceremonia para el espectáculo del 7 de marzo en el que la española Penélope Cruz opta a un segundo Oscar por mejor actriz de reparto. No es ningún secreto que la Academia del Cine estadounidense y su gala planetaria de los Oscar son los modelos que sirvieron para fundar nuestra propia Academia y organizar eventos anuales similares: los de la concesión de los Goya, que este año han logrado el mayor éxito de público de su historia.

Pues bien, coincidencias de la vida, al día siguiente de nuestra ceremoni...

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La noche de los Oscar se acerca. Alec Baldwin y Steve Martin ejercerán de maestros de ceremonia para el espectáculo del 7 de marzo en el que la española Penélope Cruz opta a un segundo Oscar por mejor actriz de reparto. No es ningún secreto que la Academia del Cine estadounidense y su gala planetaria de los Oscar son los modelos que sirvieron para fundar nuestra propia Academia y organizar eventos anuales similares: los de la concesión de los Goya, que este año han logrado el mayor éxito de público de su historia.

Pues bien, coincidencias de la vida, al día siguiente de nuestra ceremonia patria en la que Pedro Almodóvar volvió al redil, los organizadores de la próxima entrega de los Oscar, que hace la número 82, hicieron pública su última y novedosa idea para evitar los previsibles y aburridos discursos de los ganadores, plagados de agradecimientos a medio mundo circundante: hacer dos discursos. El primero se grabaría en vídeo y no tendría el límite temporal de los 45 segundos que casi nadie respeta. El premiado podría colgarlo en Internet o enviarlo a sus amigos vía e-mail.

El segundo discurso, el que se haría en directo durante la ceremonia, tendría así más posibilidades de quedar en una intervención más brillante y, sobre todo, más breve, una regla de oro que incumplió Almodóvar cuando recibió el preciado galardón y que obligó a Antonio Banderas, más ducho en la materia, a arrastrarlo fuera del escenario.

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A la original novedad de este año se une la tradicional recomendación de evitar las lágrimas, lo que, según los organizadores desluce la gala.

Dice el presidente de la Academia española, el cineasta Álex de la Iglesia, que ya está pensando en la próxima gala, la número 25, de entrega de los Goya. Puestos a seguir emulando a Hollywood, el doble discurso de los premiados es una experiencia a compartir. El evento sería más lúcido y los espectadores quedarían muy agradecidos. Además, como dicen los de Hollywood, el vídeo de Internet lo pueden ver una y otra vez los amigos, parejas, colegas y esos papás y mamás a los que tantos aludieron en la noche madrileña.

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