El recorte de gastos en las empresas castiga al turismo de convenciones

Las empresas redujeron el año pasado sus beneficios, así que aplicaron la tijera a su cuenta de gastos. Esta política de cinturones apretados ha terminado por golpear duro a Barcelona. El Centro de Convenciones Internacional (CCIB) calcula que ha perdido un tercio del negocio. El Palacio de Congresos de Cataluña cifra la caída de su facturación en el 32%. El de la Fira de Barcelona asegura no tener aún datos del número de participantes, pero adelanta, en cuanto a número de eventos, que los congresos han aumentado, pero las convenciones se han recortado cerca del 10%. Todos han vivido anulacion...

Las empresas redujeron el año pasado sus beneficios, así que aplicaron la tijera a su cuenta de gastos. Esta política de cinturones apretados ha terminado por golpear duro a Barcelona. El Centro de Convenciones Internacional (CCIB) calcula que ha perdido un tercio del negocio. El Palacio de Congresos de Cataluña cifra la caída de su facturación en el 32%. El de la Fira de Barcelona asegura no tener aún datos del número de participantes, pero adelanta, en cuanto a número de eventos, que los congresos han aumentado, pero las convenciones se han recortado cerca del 10%. Todos han vivido anulaciones, renegociaciones y reducciones, y se han visto obligados a bajar los precios.

Barcelona es el lugar de España con más oferta de salones para convenciones y la tercera ciudad del mundo más importante en este negocio. Según el Spain Convention Bureau, entidad que agrupa a 41 ciudades de congresos en España, si en la ciudad se busca hacer una reunión con 300 personas, existen 48 salas que lo permiten, frente a las 25 de Madrid. Si se desea reunir a 2.000 personas, en Barcelona habrá seis opciones. En Madrid, dos.

Un grupo de hoteles de lujo usarán el cine Comedia como sala de convenciones

"Nuestro centro perdió en 2009 un tercio de la actividad. La caída se debe sobre todo al mercado corporativo, porque las empresas han realizado muchos menos eventos y más reducidos. Y los congresos se mantienen, pero acuden menos delegados", explicó Marc Rodríguez, director del CCIB, en una mesa redonda celebrada en la escuela universitaria TSI Turismo Sant Ignasi. Roberto Torreosa, director del Palacio de Congresos de Cataluña, confirma cifras casi idénticas: su facturación ha caído el 32%. "En un momento como éste, hay sobreoferta de todo en Barcelona. Sobran salas, hoteles, aeropuerto...", dice.

"No es una pérdida, es un trasvase de unos centros a otros", justifica el consorcio Barcelona Turismo. Tanto Torreosa como Rodríguez lo desmienten. "Simplemente, es un negocio que se ha perdido", dice el primero. El motivo, añade Bruno Hallé, socio director de la consultora Magma Turismo, es que "las empresas han congelado costes. Algunas se han fijado como objetivo reducir sus gastos hasta un 70%". En esa situación, razona, no hay espacio para grandes fastos.

Roben o no mercado los nuevos espacios, lo cierto es que la competencia por arañar eventos es feroz. Al margen del CCIB, el Palacio de Congresos de Cataluña y el de Barcelona, el centro de Convenciones AXA, la Fira de Barcelona y el Palau Sant Jordi, hay una treintena de hoteles que tienen salones, a los que se suman ahora hasta los cines. La agrupación Boulevard (que congrega a 12 hoteles de lujo del paseo de Gràcia) ha llegado a un acuerdo con el cine Comedia para utilizarlo como centro de convenciones. "Esperamos tener mucho éxito y facturar 850.000 euros en 2010", aventura su secretario, Javier Juliá. Dicen que su oferta es inmejorable: alojamiento de lujo y sala de actos en pleno centro de la ciudad. "Esto no lo tiene nadie más".

"Tanta oferta hace que los precios se hayan reducido muchísimo. Ceden ante la presión de las empresas, que amenazan con cambiar de lugar", indica Óscar García, gerente de la asociación de gestores de viajes de empresa.