Los niños robados de Haití

Unicef denuncia que redes de tráfico de menores se están aprovechando del desgobierno y el caos de Puerto Príncipe

La tragedia haitiana sigue cebándose sobre los más débiles y entre ellos, más que en nadie, en los niños. Cientos, tal vez miles, de menores vagan por las calles de Puerto Príncipe sin agua o sin comida o se encuentran solos en hospitales sin vigilancia, sin protección alguna contra la violencia o el abuso.

Unicef denunció ayer que en la situación de caos y desgobierno que se vive en la capital haitiana se han colado también redes de traficantes de niños. Redes, que, según esta agencia de Naciones Unidas, ya existían en Haití y eran "bastante activas", pero que ahora se están aprovechan...

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La tragedia haitiana sigue cebándose sobre los más débiles y entre ellos, más que en nadie, en los niños. Cientos, tal vez miles, de menores vagan por las calles de Puerto Príncipe sin agua o sin comida o se encuentran solos en hospitales sin vigilancia, sin protección alguna contra la violencia o el abuso.

Unicef denunció ayer que en la situación de caos y desgobierno que se vive en la capital haitiana se han colado también redes de traficantes de niños. Redes, que, según esta agencia de Naciones Unidas, ya existían en Haití y eran "bastante activas", pero que ahora se están aprovechando de "la fragilidad del Estado y de la falta de control" en el aeropuerto y en las fronteras del país para sacarlos y venderlos.

Sus víctimas son ahora los niños que el terremoto dejó en un minuto huérfanos, desorientados, heridos y solos. Es el caso de Antoine, un crío de cuatro años que desapareció de un campamento de refugiados instalado en una vieja mansión derruida del barrio de Petionville, al sur de la capital haitiana, hace dos días. Dos madres adolescentes que estaban con él sólo saben que se lo llevó en un coche un hombre blanco: su salvador o su raptor.

Más información en las páginas 5 y 6

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