El retraso de la ordenación territorial y de la costa irrita a la oposición

Feijóo se estrenó en el cargo con el anuncio de que aprobaría el Plan del Litoral en 2009. El compromiso se diluyó después en la promesa de su presentación, pero el año ha terminado sin que la Xunta haya desvelado, y mucho menos dado luz verde, al plan que pondrá fin a la suspensión cautelar de la construcción en los primeros 500 metros de costa. La Consellería de Medio Ambiente asegura que el documento provisional está listo, y que su presentación depende "de la agenda del Gobierno", mientras el PSdeG lamentó ayer que la Xunta antepusiera el anteproyecto de la nueva Ley del Suelo al Plan del ...

Feijóo se estrenó en el cargo con el anuncio de que aprobaría el Plan del Litoral en 2009. El compromiso se diluyó después en la promesa de su presentación, pero el año ha terminado sin que la Xunta haya desvelado, y mucho menos dado luz verde, al plan que pondrá fin a la suspensión cautelar de la construcción en los primeros 500 metros de costa. La Consellería de Medio Ambiente asegura que el documento provisional está listo, y que su presentación depende "de la agenda del Gobierno", mientras el PSdeG lamentó ayer que la Xunta antepusiera el anteproyecto de la nueva Ley del Suelo al Plan del Litoral y a las Directrices de Ordenación del Territorio, otro proyecto al que se le acumulan los retrasos.

El PSOE no apoyará la ley del suelo si no se aprueban antes las directrices

Los sucesivos aplazamientos del Plan del Litoral caracterizaron la gestión del bipartito y suscitaron las críticas del PP. Pero ahora es este partido el que, desde el Gobierno, sufre las consecuencias de la complejidad técnica del documento, que dibuja los usos permitidos en los 644 ámbitos en que se dividirá la costa gallega. Medio Ambiente rechaza que se pueda hablar de retraso, a pesar de que fue Feijóo quien, en el debate de su investidura, anunció la "aprobación" del plan costero antes de que finalizara 2009.

"No hay ningún retraso, porque el documento está hecho. Pero aún no se puede presentar en sociedad ni llevar al Consello de la Xunta, ya que tiene un proceso administrativo previo", explica una portavoz de la consellería. Su aprobación por el Gobierno gallego será en todo caso "provisional", probablemente como un informe sin validez jurídica, previo a su sometimiento a información pública.

El Plan del Litoral se retrasa así al menos hasta la próxima primavera, cuando se cumplirán tres años de suspensión urbanística en la franja de 500 metros. Algo parecido ocurrirá con el otro gran proyecto territorial del Gobierno de Alberto Núñez Feijóo, las Directrices de Ordenación, también previstas para 2009 y que deberán repetir tramitación ambiental por decisión de la Xunta. Según el Gobierno gallego, porque el bipartito no cumplió los plazos ni la legislación ambiental; de acuerdo con la oposición, porque el Ejecutivo quiere aplazar los compromisos que se derivarán de su aprobación.

Los socialistas reprocharon ayer al Gobierno de Feijóo esta "incapacidad" en materia urbanística, revestida de "ineficacia administrativa e inoperancia técnica", en palabras de la viceportavoz del Grupo Parlamentario del PSdeG, Mar Barcón. La diputada se refería así no sólo al retraso de los dos grandes proyectos de la consellería que dirige Agustín Hernández, sino también a la "dramática caída" de la obra pública en Galicia.

Con todo, el PSdeG mantiene su mano tendida hacia el anteproyecto de reforma de la Ley del Suelo, aprobado "con nocturnidad" en el último Consello de la Xunta de 2009, y a pesar de que los socialistas no tienen todavía una copia del mismo. Las condiciones previas, eso sí, son que el Gobierno gallego desatasque las Directrices de Ordenación Territorial y el Plan del Litoral y se avenga a promover "una reforma mucho más amplia" que la prevista por en la nueva norma.

Por lo conocido de la ley, que es lo que figura en su borrador inicial, Barcón dedujo que supondrá un parche en una normativa, la del suelo, que sufrirá así su cuarta reforma en siete años, en contra del criterio de estabilidad que debe regir cualquier ley urbanística. De ahí que ofreciera un acuerdo para pactar una reforma más ambiciosa.