Cartas al director

El Nobel de la Paz

La entrega del Premio Nobel de la Paz constituye una nueva prueba de en qué desquiciado mundo vivimos. Si sorprendente fue su concesión al presidente de Estados Unidos, más lo ha sido su discurso de aceptación y la defensa de una "guerra justa" basada en una petición de principio: los "malos" están perfectamente definidos y son los "buenos", también predefinidos, los que hacen la "guerra justa".

Una simple y rápida revisión de las hemerotecas revelaría que casi todas las guerras se consideran "justas" por sus promotores, tan "justas" como las reivindicaciones en que dicen tener su causa...

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La entrega del Premio Nobel de la Paz constituye una nueva prueba de en qué desquiciado mundo vivimos. Si sorprendente fue su concesión al presidente de Estados Unidos, más lo ha sido su discurso de aceptación y la defensa de una "guerra justa" basada en una petición de principio: los "malos" están perfectamente definidos y son los "buenos", también predefinidos, los que hacen la "guerra justa".

Una simple y rápida revisión de las hemerotecas revelaría que casi todas las guerras se consideran "justas" por sus promotores, tan "justas" como las reivindicaciones en que dicen tener su causa. Únase a ello la amenaza / advertencia realizada a Irán y Corea del Norte sin que la misma fuera precedida del anuncio de destrucción del arsenal nuclear propio.

Es una apreciación subjetiva, lo reconozco, pero escuchar un discurso belicista en la entrega del Premio Nobel de la Paz y que sea aceptado con tanto entusiasmo me parece un despropósito.

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