"No hay nadie imprescindible"

Nunca es buena señal ver a un jugador salir del campo en camilla como lo hizo Pepe. El central madridista abandonó el césped con gestos de dolor. Un salto, una mala caída. Y la mano a la rótula. Según las primeras exploraciones, tendría afectados los ligamentos de la rodilla derecha. Hoy se le realizarán más pruebas para determinar la lesión. Claro que la fortuna pareció aliarse con el Madrid, pues el tercer gol lo marcó su sustituto, Garay. Mestalla enmudeció.

Después de una semana hablando de más sobre las ausencias de jugadores importantes para unos y otros, después de los "coñazos" ...

Nunca es buena señal ver a un jugador salir del campo en camilla como lo hizo Pepe. El central madridista abandonó el césped con gestos de dolor. Un salto, una mala caída. Y la mano a la rótula. Según las primeras exploraciones, tendría afectados los ligamentos de la rodilla derecha. Hoy se le realizarán más pruebas para determinar la lesión. Claro que la fortuna pareció aliarse con el Madrid, pues el tercer gol lo marcó su sustituto, Garay. Mestalla enmudeció.

Después de una semana hablando de más sobre las ausencias de jugadores importantes para unos y otros, después de los "coñazos" a los que aludió Albelda y la respuesta de Manuel Pellegrini, que no se sentía un llorón, el técnico del Madrid pudo repetir con más argumentos: "No hay nadie imprescindible". Lo dijo en la conferencia de prensa posterior al partido al ser preguntado por cómo su equipo se había repuesto con buen juego a las bajas de Cristiano Ronaldo y Kaká.

Posible lesión de ligamentos de Pepe, que pasará hoy diversas pruebas

El chileno valoró la actitud de sus jugadores, la integración de Benzema o el hecho de salir a ganar jueguen donde jueguen. Además, sacó pecho. El Madrid ofrece variantes, tiene alternativas, porque él se empeñó en hacer rotaciones desde el inicio de la temporada. "En la primera parte tuvimos tres ocasiones muy claras y el Valencia casi no se acercó a nuestra portería", añadió. Y, a diferencia de lo que luego defendería su colega Unai Emery, opinó que el empate "habría sido injusto".

"El Madrid se ha hecho dueño del partido progresivamente", explicó el técnico del Valencia. "El 0-0 del descanso vaticinaba que en el segundo tiempo deberíamos controlar mejor sus salidas. Nos hemos encontrado un buen Madrid. Pero creo que el empate habría sido justo. Claro que tengo que reconocer que éste ha sido seguramente el mejor Madrid de la temporada", sentenció.

Higuaín se mostró satisfecho por la victoria. El delantero argentino, autor de dos de los tres goles logrados por su conjunto, dijo: "Lo importante era demostrar que sin jugadores importantes también podemos ganar". "Después de que nos empataran dos veces, tuvimos el coraje de ganar en un campo difícil ante un rival directo", añadió. A nivel personal, aseguró estar "muy contento" con sus goles tras no concretar las dos ocasiones que tuvo en la primera mitad. Según él, "cada vez está mejor el equipo". Sobre la lesión de su compañero Pepe, se limitó a decir que "está un poco triste por lo que le ha sucedido". "Esperamos que sea poca cosa", finalizó.

El autobús, apedreado

El cántico ya se conocía. Pero no había sonado aún en Valencia. Era mediodía y un grupo de adolescentes cantaba frente al hotel en el que se hospedaba el Madrid, a unos 500 metros de Mestalla: "Yo soy de Alcorcón, de Alcorcón, de Alcorcón". No eran de Alcorcón, claro. Ni del Alcorcón tampoco. Pero eso era lo de menos. Importaba hacer ruido.

Por la tarde, el ambiente siguió caldeándose. Faltaban más de cuatro horas para el partido, pero algunos seguidores ya merodeaban por el estadio. Y volvieron a acordarse del Alcorcón. Aquel equipo desconocido que goleó al Madrid (4-0) y terminó por echarlo de la Copa. A las ocho de la tarde, por la avenida de Suecia, donde se alza el viejo estadio, ya resultaba prácticamente imposible transitar. No hay equipo que despierte tantas emociones en Mestalla. Ni siquiera el Barça.

Era las 20.20 aproximadamente y uno, dos, tres y hasta cuatro furgones policiales se abrían paso entre la multitud. Llegó el autobús del Madrid. Miles de valencianistas lo esperaban. Aunque cada uno a su modo. La inmensa mayoría levantó sus bufandas al vuelo. Algunos cantaron aquello del Alcorcón. El "a por ellos, oé" sonaba con fuerza. Y unos pocos, a quienes no les llega la educación ni les debe de gustar el fútbol tanto como creen, se liaron a pedradas contra el vehículo. Así empezó el partido. Al final, ganó el deporte.