Fomento aprueba 281 millones para el tramo más complicado del AVE

El viaje en tren entre A Coruña y Santiago se reduce a 35 minutos

La parte técnicamente más complicada del AVE a Galicia, y la que fue objeto de más encono político, el trayecto Ourense-Lubián, recibirá en el consejo de ministros del próximo día 21 el empujón definitivo. El ministro de Fomento, José Blanco, señaló ayer en A Coruña que el Gobierno autorizará a Adif, la Administradora de Infraestructuras Ferroviarias, a licitar los tres tramos que estaban pendientes de sacar a concurso, por un importe total de 281 millones de euros. Fomento cumplirá así lo acordado con la Xunta en el llamado Pacto del Obradoiro, firmado por ambas administraciones el pasado mes...

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La parte técnicamente más complicada del AVE a Galicia, y la que fue objeto de más encono político, el trayecto Ourense-Lubián, recibirá en el consejo de ministros del próximo día 21 el empujón definitivo. El ministro de Fomento, José Blanco, señaló ayer en A Coruña que el Gobierno autorizará a Adif, la Administradora de Infraestructuras Ferroviarias, a licitar los tres tramos que estaban pendientes de sacar a concurso, por un importe total de 281 millones de euros. Fomento cumplirá así lo acordado con la Xunta en el llamado Pacto del Obradoiro, firmado por ambas administraciones el pasado mes de junio, en el que Blanco se comprometía a tener en obras o licitado todo el trayecto.

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"Éste es el verdadero Plan Galicia, el que se construye con los hechos", señaló el político lucense ayer en la estación ferroviaria de A Coruña, después de realizar un viaje de prueba del tramo Santiago-A Coruña del Eje Atlántico, que desde ahora y oficialmente desde el próximo día 13, están a media hora de tren. "Es un paso muy pequeño, soy consciente de ello, pero también muy importante", calificó José Blanco la finalización de la vía de alta velocidad entre las dos ciudades coruñesas, las que más tardaron en tener conexión ferroviaria. Los cuatro tramos rematados son 21,2 kilómetros del total de 61,7 del trayecto, que costó 632 millones de euros.

Pero la mayor parte de la intervención de Blanco fue sobre el AVE a Madrid, que definió como "un reto personal". A su llegada al Ministerio, Blanco reformó el trazado en la entrada a Galicia, entre la localidad zamorana de Lubián y Ourense, para que la vía tuviese las mismas prestaciones que los otras ya en funcionamiento, y reconoció el retraso de la culminación de la obra, desde el 2012 que se consideraba un axioma, hasta finales de 2015. Además de la licitación anunciada para el consejo antes de Navidad, en el de ayer se acordó encomendar a la entidad pública de infraestructuras la construcción del tramo Olmedo-Medina-Zamora-Puebla de Sanabria-Lubián-Ourense, con el fin de agilizar la construcción de la línea. También autorizó destinar 107 millones al montaje de las vías entre Santiago y Ourense. El total de inversiones que el Gobierno central realizará en el AVE en el mes de diciembre supera los 400 millones de euros. "2009 será el año de mayor obra ejecutada por Fomento en toda su historia, y en 2010, lo previsto y lo ejecutado superará todos los ejercicios anteriores", estimó Blanco.

El ministro, que viajó acompañado del conselleiro de Presidencia, Alfonso Rueda, y del de Infraestructuras, Agustín Hernández, además de por los alcaldes de A Coruña y Santiago, Javier Losada y Xosé Sánchez Bugallo, destacó que los objetivos se habían cumplido "gracias a la colaboración institucional". "Y con la misma colaboración entre instituciones acometeremos la renovación de la red interna y la creación de líneas de cercanías que demandan colectivos que piden más, como los que están ahí", señaló. La comitiva había sido recibida en los andenes de la estación de San Cristóbal por un grupo de vecinos de Ordes y Cerceda, convocados por la Plataforma Salva o Tren, que protestaban porque la construcción de la vía de alta velocidad ha supuesto la destrucción de las vías y estaciones que daban servicios a las pequeñas poblaciones.

De izquierda a derecha, Losada, Bugallo, Blanco, Hernández y Ricardo Varela (de pie), ayer en el nuevo tren Santiago-A Coruña.ANDRÉS FRAGA
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