Un fracaso de post-Expo
El alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch lleva varios meses vendiendo a los zaragozanos nuevas expos, como la Expo Paisajes, o proyectos olímpicos como los juegos de invierno, así como cualquier proyecto internacional que se cruce en su camino. Lo que Belloch pretende al generar nuevas ilusiones es tapar el gran fracaso que está suponiendo la gestión de la post-Expo.
Ahora nos estamos enterando del permanente goteo de renuncias de las empresas e instituciones públicas que se habían comprometido a instalarse en el Parque Empresarial de la Expo. Y todo esto está sucediendo pese a que ...
El alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch lleva varios meses vendiendo a los zaragozanos nuevas expos, como la Expo Paisajes, o proyectos olímpicos como los juegos de invierno, así como cualquier proyecto internacional que se cruce en su camino. Lo que Belloch pretende al generar nuevas ilusiones es tapar el gran fracaso que está suponiendo la gestión de la post-Expo.
Ahora nos estamos enterando del permanente goteo de renuncias de las empresas e instituciones públicas que se habían comprometido a instalarse en el Parque Empresarial de la Expo. Y todo esto está sucediendo pese a que Belloch siempre nos dijo que el verdadero éxito de la Expo 2008 sería la post-Expo. Nos aseguró que esta ciudad tendría un parque empresarial moderno y asegurado, con muchas empresas e instituciones públicas que le darían vida y utilidad logrando de esta manera el retorno de la gran inversión inicial realizada. Da la sensación que Belloch está más interesado en crear nuevas ilusiones para ganar las próximas elecciones. Si Belloch no reacciona, la ciudad se va a quedar con un espacio vacío, abandonado y sin interés ni empresarial ni turístico ni logístico. Zaragoza no se puede permitir entrar en nuevas expos, cediendo nuevos terrenos, con nuevas inversiones, nuevos gastos sufragados por los impuestos, cuando no somos capaces de finalizar y de rematar la que se realizó durante el 2008. Belloch está demostrando ser un gran mago de ilusiones y un pésimo gestor de realidades.