Necrológica:

Jean-François Bergier, un historiador tras la pista del oro nazi

Dirigió la comisión que investigó las relaciones entre Suiza y el III Reich

En diciembre de 1996, el Gobierno suizo encomendó a un equipo independiente de historiadores y expertos la elaboración de un informe sobre el papel de la Confederación Helvética durante la II Guerra Mundial y las relaciones del Gobierno suizo con el III Reich y la industria de la Alemania nazi entre 1933 y 1945. El 19 de diciembre de 2001, esta comisión dio por terminada su misión. El responsable de este monumental informe de 11.000 páginas en 28 volúmenes fue el historiador Jean-François Bergier, fallecido el pasado 29 de octubre a los 77 años..

Nacido en Lausana el 5 de diciembre de 1...

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En diciembre de 1996, el Gobierno suizo encomendó a un equipo independiente de historiadores y expertos la elaboración de un informe sobre el papel de la Confederación Helvética durante la II Guerra Mundial y las relaciones del Gobierno suizo con el III Reich y la industria de la Alemania nazi entre 1933 y 1945. El 19 de diciembre de 2001, esta comisión dio por terminada su misión. El responsable de este monumental informe de 11.000 páginas en 28 volúmenes fue el historiador Jean-François Bergier, fallecido el pasado 29 de octubre a los 77 años..

Nacido en Lausana el 5 de diciembre de 1931, Bergier realizó estudios de historia antes de convertirse en archivista paleógrafo en 1957. Fue profesor de la Universidad de Ginebra, de la Politécnica de Zúrich y de la Sorbona parisiense, aunque pasará a la historia como director de la Comisión Bergier. Este grupo de investigadores estaba compuesto por expertos de Suiza, Polonia, Alemania, Israel y Estados Unidos. En total participaron en la realización del informe más de 100 profesionales y su costo ascendió a más de 15 millones de euros.

Esta comisión tuvo acceso a los archivos secretos de los principales bancos de Suiza, un privilegio sin precedentes que provocó ásperas polémicas. También pudo rastrear los archivos de empresas, tanto en Suiza como en el extranjero.

Estas investigaciones echaron luz sobre las transacciones en oro y divisas entre los bancos suizos y alemanes en tiempos del III Reich. Muy en particular, sobre los llamados fondos en desherencia que afectan a las cuentas de judíos abiertas en bancos suizos antes de la II Guerra Mundial. Su trabajo probó que numerosas empresas suizas, o con capitales suizos, emplearon trabajadores forzados en las fábricas de la Alemania nazi. Especialmente estrecha fue la relación entre la muy poderosa industria químico-farmacéutica suiza y el Reich nazi. Según probó Bergier, la política suiza en esos años oscuros fue una realpolitik basada en el principio de los negocios deben continuar.

Las duras conclusiones de la Comisión Bergier no tuvieron consecuencias políticas y no obligaban legalmente ni a Suiza ni a otros países. Su única consecuencia concreta fue la rehabilitación jurídica de quienes ayudaron a los refugiados a entrar ilegalmente en Suiza. Otra consecuencia indirecta del Informe Bergier fue la entrega por parte de los bancos suizos de 1.236 millones de euros en indemnización a las familias de supervivientes judíos del Holocausto.

El trabajo de Jean-François Bergier creó una polémica nacional mayúscula. Numerosas voces se alzaron contra un ejercicio de memoria juzgado por muchos como innecesario, en particular en la Suiza de habla alemana.

Jean-François Bergier.

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