Reportaje:

Vacaciones para todos

Euskadi evaluará hasta fin de año 400 establecimientos turísticos para darles el sello de accesibilidad - El programa incide en formar a los profesionales

Los muros a menudo invisibles que separaban a los discapacitados del resto de la sociedad están cayendo gracias a la concienciación social, la legislación y las reivindicaciones del propio colectivo. Con 3,5 millones de personas con necesidades especiales en España, el turismo es una de las áreas en las que la accesibilidad se ha convertido en una línea emergente que busca "diversificar y desestacionalizar la actividad turística de Euskadi", según señala Aitziber Zubillaga, gerente del Grupo Adapta.

Su organización está trabajando junto con la Viceconsejería de Turismo en el Programa de...

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Los muros a menudo invisibles que separaban a los discapacitados del resto de la sociedad están cayendo gracias a la concienciación social, la legislación y las reivindicaciones del propio colectivo. Con 3,5 millones de personas con necesidades especiales en España, el turismo es una de las áreas en las que la accesibilidad se ha convertido en una línea emergente que busca "diversificar y desestacionalizar la actividad turística de Euskadi", según señala Aitziber Zubillaga, gerente del Grupo Adapta.

Su organización está trabajando junto con la Viceconsejería de Turismo en el Programa de Accesibilidad Turística de Euskadi, que se presentará oficialmente durante la Semana Europea de Calidad en noviembre próximo y que, a finales de año, habrá valorado 400 centros turísticos para diagnosticar sus niveles de accesibilidad y otorgarles un sello creado a tal efecto por el Gobierno autónomo.

"Los discapacitados cada vez tienen mayor conciencia de sus derechos"
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"Se trata de una cuestión de oferta y demanda", afirma Aurora Madariaga, coordinadora de la Cátedra de Ocio y Discapacidad de la Universidad de Deusto. Los discapacitados suponen el 10% de la población, un porcentaje de potenciales clientes que "cada vez tienen mayor conciencia de sus derechos", afirma. Lo habitual sigue siendo que viajen en grupo, pero las posibilidades de hacerlo sin depender de nadie aumentan cada día. Tal es el objetivo de un turismo accesible, que "si quieres ir por tu cuenta, lo hagas porque las instalaciones y el servicio te lo permiten", explica Zubillaga, en un ideal que aún no se ha alcanzado, pero que sugiere la verdadera normalización de los discapacitados en el sector turístico.

Para ello se incide en la formación de los profesionales. El programa, que en 2008 superó su fase piloto, en la que se experimentó con 200 centros, incluye seis horas de aprendizaje que finalizan con una visita del técnico de accesibilidad a los centros turísticos. Dicho técnico realiza un informe y diagnostica el nivel de accesibilidad del servicio y las instalaciones con respecto a las diversidades funcionales física, visual, auditiva, intelectual y orgánica, así como las mejoras que se pueden realizar. Para llevarlas a cabo, el Gobierno vasco facilita ayudas económicas a las empresas que participan.

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Madariaga afirma que se trata de una iniciativa "más allá del turismo social" que cada vez tendrá una mayor demanda. Zubillaga también destaca que en Euskadi "esta iniciativa parte del área del turismo, no de la consejería de Asuntos Sociales". El Grupo Adapta relaciona la accesibilidad turística con la calidad que repercute incluso en quienes no tienen necesidades especiales: "Es otro criterio para conseguirla, ya que supone más seguridad y más confort", añade Zubillaga. Por ello, el programa trabaja en estrecha colaboración con Euskalit, la Fundación Vasca para el Fomento de la Calidad.

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